Xarxa Teatre puso fin el sábado al festival gaditano. :: FRANCIS JIMÉNEZ
Sociedad

El FIT, más vivo que nunca

La calidad de los montajes y la afluencia de público, las señas de esta edición

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Con satisfacción y nostalgia nos despedimos del FIT que ha demostrado un año más su madurez y vitalidad gracias a una programación en la que la pluralidad fue la tónica dominante. Espectáculos parar todas las edades y gustos, obras de carácter intimista como las de la Sala Batillo o de gran formato como lo representado en el Falla o la Catedral, sirvieron para corroborar que la labor de este arte estriba en llegar a nuevos espectadores ofreciendo una alternativa cultural, más allá de los circuitos comerciales. Si algo ha podido distinguir al FIT ha sido la calidad de los montajes. Ha habido pocas presencias desafortunadas, y hemos disfrutado de todo tipo de corrientes teatrales con lo mejor del panorama iberoamericano, gracias a las creaciones de Veronese, Boadella, Carrasco, Vargas o Valdés Kuri.

Un aspecto que parece afianzarse es el intencionado perfil de un FIT que pretende generar públicos jóvenes. Ya cuenta con un público fiel que espera deseoso sus novedades. Pese a las críticas, cada año el teatro sale al encuentro de gaditanos y visitantes, dando a la ciudad un aire cosmopolita. Pero lo más sorprendente ha sido la numerosa presencia de espectadores en las salas y la alta participación de comitivas de los países invitados. Y es que el FIT es un semillero de proyectos de hondo calado; bastan las referencias de Guillermo Heras, responsable del Proyecto Iberescena, que reconoce la importancia del FIT en la gestación de este programa internacional. Con la normalidad de todos los años, -aunque con temor por la crisis-, las bodas de plata del FIT han transcurrido mejor de lo que podía vaticinarse. Mucho público y experimentos escénicos acertados.

Hasta la climatología acompañó a esta edición en la que, a modo de ofrenda al dios Tláloc, la 'Lluvia' de Eva la Yerbabuena, nos hizo prescindir del paraguas en los doce días que disfrutamos del teatro en la ciudad. Imposible no mencionar a Els Joglars que, además de haber sido un excelente fin de fiesta, nos hacen imaginar un próximo 2036 para dentro de 5 lustros, pues ya se sabe que 25 años no son nada.