Economia

Botín rechaza una tasa a la banca por «ineficiente y discriminatoria»

El presidente del Banco Santander asegura que un gravamen así podría suponer un «obstáculo para la recuperación económica» mundial

MADRID. Actualizado: Guardar
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Emilio Botín advierte de que una eventual tasa a la banca, debatida en los últimos tiempos en el ámbito financiero internacional, no es la solución a futuras crisis sistémicas ni garantiza que el sistema financiero eluda prácticas opacas que, finalmente, impacten de forma directa en el bolsillo de los ciudadanos a través de mecanismos de rescate públicos. «No es asumible que el contribuyente tenga que asumir, aunque sea temporalmente, los costes de una mala gestión», apuntó.

El presidente del Banco Santander es muy claro: «Los impuestos al sector no resuelven ninguna de las causas que originaron la crisis, ni ayudan a prevenirlas». «Sería una medida ineficiente y discriminatoria que tendría efectos distorsionantes y consecuencias negativas para la estabilidad financiera», sentenció. «Puede ser un obstáculo para la recuperación», añadió.

Así se pronunció ayer Botín durante la III Conferencia Internacional de Banca, organizada en la ciudad financiera del Santander en la localidad madrileña de Boadilla del Monte. Un encuentro por el que pasaron destacados representantes del mundo de las finanzas nacionales e internacionales como el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez; el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia; el secretario de Comercio del Tesoro británico, Lord Sassoon; el subgobernador del Banco de Inglaterra, Pauls Tucker; el director gerente del Banco de Pagos de Basilea, Jaime Caruana, así como otros altos representantes de fondos de inversión, analistas, juristas o académicos.

En su discurso, Emilio Botín defendió el papel de la banca como motor de arrastre para el crecimiento económico -«no hay economía sana sin banca sana», dijo-, y reclamó más regulación, supervisión y transparencia en el mercado financiero, al tiempo que alabó la política de provisiones genéricas del Banco de España. Y advirtió de que no se debe penalizar la finalidad última de la banca, la de la intermediación. Botín no perdió la ocasión para subrayar la enorme diferencia entre la banca comercial (la que da créditos y capta depósitos) y otra que maneja mayores riesgos como la de inversión.

Diferencias necesarias

A su juicio, una tasa bancaria no distingue entre entidades bien y mal gestionadas, «entre aquellas que no han necesitado ayuda pública y las que pusieron en peligro al sector financiero y a sus economías». Explicó que un paso como ese aumentaría el riesgo a nuevos experimentos como los que desencadenaron la crisis al abrir la puerta a la asunción de riesgos excesivos bajo la creencia de que siempre habrá un colchón sobre el que caer.

En este sentido, Botín reclamó que cualquier nueva exigencia tenga en cuenta las particularidades de cada entidad, así como que todas -como ya hiciera el Santander- elaboren su particular 'testamento vital' que permita anticipar posible problemas o, llegado el caso, un desmantelamiento ordenado. En un tono optimista, Botín aseguró que la recuperación ha comenzado, y que «el reto es ahora consolidar un crecimiento sostenido, apoyado en un sistema financiero sólido, solvente y eficiente».

En el orden interno, Emilio Botín recordó la reestructuración y la reforma del sistema financiero, y apuntó que la reforma de las pensiones y del mercado de trabajo «constituyen la batería de medidas necesarias para recuperar la confianza en la economía española».