Fidel Castro saluda en el acto celebrado ayer en la Universidad de La Habana. :: EFE
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Fidel Castro preside el primer acto público en cuatro años

El líder cubano alerta del peligro de una guerra nuclear en el discurso destinado a conmemorar el inicio del año académico

LA HABANA. Actualizado: Guardar
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Fidel Castro recuperó ayer su uniforme verde oliva, sin galones, y la gorra castrense para reaparecer por primera vez en cuatro años en un acto público multitudinario. Su discurso se centró en alertar al mundo sobre las terribles consecuencias de una guerra nuclear que sólo el presidente estadounidense Barack Obama puede parar. El tema se ha convertido casi en una obsesión desde que el pasado julio puso fin a su convalecencia al visitar una institución cubana.

El comandante llegó puntual, a las 7.30 de la mañana (hora local). Durante casi 45 minutos permaneció de pie ante el atril, donde tenía el texto de su «mensaje a los estudiantes universitarios de Cuba», a quienes incitó a «batallar en la lucha por la paz». Castro, de 84 años, insistió en el peligro de que si Estados Unidos e Israel atacan a Irán o Corea del Norte se desataría una conflagración nuclear de trágicas consecuencias para la vida en la tierra. «El problema de los pueblos hoy día, el de más de 7.000 millones de seres humanos, es impedir que tal tragedia suceda», dijo. «Al mundo se le ocultó deliberadamente esta realidad (la guerra nuclear), y le ha correspondido a Cuba la dura tarea de advertir a la humanidad del peligro real que está confrontando, y en esta actividad no debemos desmayar», agregó.

A pesar de su andar, un tanto titubeante al llegar al estrado, se mostró muy recuperado de una grave enfermedad. «Llegué a estar muerto, pero resucité», confesó en una entrevista al diario mexicano 'La Jornada'. En la misma conversación reconoció que tiene problemas de movilidad en las piernas pero ya puede «dar 600 pasos solo, sin bastón, sin ayuda».

El líder cubano no había vuelto a aparecer en un acto en la calle desde una comparecencia similar, que se remonta al 26 de julio del 2006, poco antes de que unas hemorragias intestinales lo forzaran a delegar el poder en su hermano Raúl. Para la vuelta a la escena pública fue elegida la histórica escalinata de la Universidad de La Habana, donde Castro estudió Derecho 65 años atrás. Cientos de universitarios cubanos y de otros países que estudian mayoritariamente medicina en Cuba copaban el lugar y las calles adyacentes. Algunos esperaban desde las 4 de la madrugada.

Discursos anteriores

Años atrás, el ex presidente pero todavía influyente primer secretario del Partido Comunista de Cuba intervenía durante horas y horas, ayudado tan solo de su prodigiosa memoria. En una ocasión llegó a hablar hasta ocho seguidas. Ayer, salvo algunos breves incisos, se mantuvo pegado a lo escrito y, a diferencia de las últimas veces, utilizó gafas de aumento.

Cuando los rayos del indómito sol caribeño empezaban a molestarle la lectura, Castro concluyó su intervención. «Frente a los escépticos nuestro deber es seguir librando la batalla. Me consta que un buen número de personas están tomando conciencia de la realidad», insistió. Además, pidió «que la vida humana se preserve, que los niños y los jóvenes disfruten de un mundo de justicia y que los padres y los abuelos compartan con ellos el privilegio de vivir la distribución justa de las riquezas».