EL VISTAZO ANDALUZ

Cuestiona el peso político del presidente

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En esta pugna, Griñán ha echado toda la carne en el asador, incluso con llamadas a La Moncloa y a la ministra Elena Salgado. Además hay que recordar que Griñán se arropó en esta presión política con un aval importante, el del consenso de todos los políticos, sindicatos y empresarios de Andalucía. Nada de eso se ha tenido en cuenta.

Es más, visto lo visto, lo que más deja tocado a Griñán es la escasa sintonía con el Gobierno de su mismo signo político y con la ministra de Economía, Elena Salgado, en este asunto. Da la sensación de que le han dejado estrellarse solo sin avisar siquiera. El asunto de las cajas, que en otro tiempo fue su fuerte, ha evidenciado su todavía poco peso político en el panorama nacional.

En resumen, el presidente Griñán se ha quedado con una hoja de ruta demediada, que tendrá que modificar. Para el presidente andaluz urge ahora llevar a buen puerto la fusión de la caja sevillana y la malagueña. Con esta unión, Andalucía podría garantizarse un sostén financiero, pero a Griñán también le salvaría de la quema que le ha supuesto que dos de sus importantes cajas escapen del control de la Junta de Andalucía.