MÁS FÚTBOL

Cita con la historia en Ellis Park

España se conjura para imponer hoy su fútbol ante la rocosa Paraguay y alcanzar, por primera vez en su historia, unas semifinales del Mundial

JOHANNESBURGO. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

España dispone hoy (20.30 horas, Telecinco) de una oportunidad formidable para hacer historia alcanzando, por primera vez, las semifinales de una Copa del Mundo. Nunca ha conseguido 'La Roja' dar ese paso. En 1950, se metió entre las cuatro primeras en una liguilla, pero en ningún momento estuvo a un partido de alcanzar la final. En los últimos años, cuando le han ido bien las cosas, los cuartos han sido siempre el triste final de trayecto del equipo nacional. Las puertas del paraíso se le cerraban entonces bruscamente en beneficio de la vieja aristocracia del fútbol. Ocurrió en México, donde Bélgica destrozó el sueño en la tanda de penaltis; en Estados Unidos, donde el oficio de Italia y la mala suerte acabaron tumbando a una de las selecciones españolas más sólidas y potentes que se recuerdan. Y sucedió también en Corea, hace ocho años, cuando un arbitraje infame, descaradamente casero, envió para casa a los chicos de Camacho. Hoy, en el mítico Ellis Park de Johannesburgo, la historia tiene que cambiar. España, sencillamente, no puede fallar.

El equipo de Vicente del Bosque llega en buenas condiciones al duelo. Es cierto que el estado físico de sus jugadores no es tan esplendoroso como el de los paraguayos, que se encuentran casi todos en mitad de temporada, pero el resto de los indicadores de España alimentan el optimismo. Uno de ellos, muy importante, tiene que ver con la mentalidad de los jugadores, que no se fían de nadie. La España de Del Bosque puede perder un partido por diversas razones -generalmente, por falta de puntería-, pero nunca por exceso de confianza, por salir mirando al rival por encima del hombro, perdonándole la vida. En 'La Roja' no hay pavos reales. Todo lo contrario. Abundan los tipos sensatos. Y ésa es otra de las razones de su grandeza. Los guaraníes no puedan esperar ningún relajo por parte de sus rivales.

'Tata' Martino dijo anteayer que dudaba de que los españoles vayan a jugar con el corazón de sus jugadores. Si se refería a la bravura guerrera en sus evoluciones sobre el campo, tal vez no le faltara razón. España tampoco necesita quedarse sin aliento y exprimir todas sus vísceras para ser competitiva. Pero si se refería a la ilusión de la victoria, a la fiebre interior de la conquista, estaba totalmente equivocado. La columna vertebral del equipo nacional lo componen jugadores que, por edad, saben que en Sudáfrica tienen la ocasión de su vida. Y no quieren desperdiciarla bajo ningún concepto. Lo dijo el jueves Puyol. «Es la hora de España. En 2014, yo estaré en Brasil de enviado especial».

De menos a más

Otra razón para el optimismo tiene que ver con el estado del equipo nacional, que va mejorando a medida que pasan los partidos. Las piezas van encajando poco a poco en el puzzle. La selección se siente cada día más a gusto. Parece evidente que todo el grupo va de menos a más, algo crucial en este tipo de torneos. El tiempo corre a favor de 'La Roja', en la que ya van madurando algunos futbolistas importantes y cerrándose todos los pequeños debates que han ido surgiendo más por aburrimiento que otra cosa: el del doble pivote, el del lateral izquierdo y ahora el de Torres, titular indiscutible para Del Bosque desde el partido ante Honduras por mucho que todavía no esté fino. Quizá hoy sea el día en que el delantero agradezca al seleccionador la confianza que ha depositado en él.

El perfil del partido no puede estar más claro. Aunque Roque Santa Cruz haya anunciado que no van a cerrarse, no se lo cree ni él. España va a toparse con un muro, como tantas otras veces. La fuerza de los guaraníes radica en su entramado defensivo -sólo han encajado un gol- y en el carácter guerrero de sus futbolistas. Son un rival duro que no se descompone y al que es muy complicado buscarle las vueltas. El equipo nacional necesitará, por tanto, paciencia, determinación, buena caligrafía y un mínimo de eficacia en los remates para imponerse. No hace falta insistir en la importancia que tendría adelantarse en el marcador, a ser posible en la primera parte. Con espacios para jugar, España es casi imbatible, algo así como la cara norte del K2. Y los primeros que lo perciben son sus rivales, que acostumbran a venirse abajo cuando se ven obligados a cambiar de planes sobre la marcha para intentar remontar. De la misma manera, encajar un gol como sucedió ante Suiza supondría un serio revés por lo que significaría de enorme refuerzo moral para los combativos paraguayos.

No se esperan sorpresas en las alineaciones. España, que vestirá de azul, repetirá el once titular que se impuso a Chile y a Portugal. Será, por tanto, el tercer partido consecutivo con el mismo equipo, lo que sólo puede interpretarse como una buena noticia. 'Tata' Martino, por su parte, sólo tiene el interrogante de Jonathan Santana, que no pudo jugar contra Japón. El centrocampista del Wolfsburgo, un argentino nacionalizado como Ortigoza, arrastra molestias en la rodilla desde el partido inaugural ante Italia. Será duda hasta el último momento.

Hablando de dudas, los paraguayos llevan un par de día alimentando otra, la que les inspira el colegiado guatemalteco Carlos Bartres, culpable, según ellos, de su eliminación en el Mundial de Corea. Siempre contenido delante de los micrófonos, Chilavert dijo de él que es «malísimo» y «pésimo», y que España jugará hoy con ventaja. No lo dirá por las ayudas arbitrales que ha tenido 'La Roja' en lo que se lleva de Mundial, en el que ha salido a penalti escamoteado por partido.