Chiclana

Abortan el secuestro exprés de un empresario chiclanero

La banda contaba con información detallada de todos sus movimientos y los dispositivos de seguridad de su casa Los raptores fueron detenidos cuatro días antes de cometerlo

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Hay veces en que las coincidencias resultan macabras, más aún cuando son fruto de la casualidad. En este caso, la coincidencia se daba cita en el calendario: el 18 de junio de 2008, era liberado el empresario sanluqueño Rafael Ávila de uno de los mayores secuestros que se recuerdan en la provincia. Justo dos años después, el pasado fin de semana, otra banda -diferente- tenía previsto cometer un nuevo rapto a otro empresario de la provincia, en este caso de Chiclana, por medio del secuestro exprés: un rapto rápido a cambio de un rescate económico. Esta vez, sin embargo, los supuestos secuestradores cayeron en manos de la Guardia Civil el 15 de junio, apenas cuatro días antes de que pudieran llevar a cabo sus planes.

La banda fue desmantelada a comienzos de la semana pasada cuando los agentes de la Benemérita abortaron un delito muy distinto: la venta ilegal de un arma de fuego manipulada, en una localidad de Sevilla, que iba a ser cometida por un miembro de la banda.

De hecho, la 'operación Cacharra', como ha sido llamada esta actuación, comenzó al conocer la Guardia Civil que un vecino de Santiponce (Sevilla), -J. M. G.-, manipulaba armas detonadoras para que pudieran hacer fuego real.

Los agentes de la unidad de la Policía Judicial de la localidad sevillana montaron un dispositivo para abortar la venta del arma, en el que detuvieron a los dos compradores -de nacionalidad belga y venezolana- en su domicilio de San Juan de Aznalfarache y, poco después, al vendedor (J. M. G.) mientras circulaba con su moto. Al registrar el domicilio de J. M. G. se incautó todo un arsenal de armas de fuego y navajas, diversa munición y varias dosis de cocaína preparadas para su venta, además de pasamontañas y grilletes y una placa falsa del Cuerpo Nacional de Policía con la fotografía del detenido.

La detención permitió a los guardias civiles llegar días después a otras dos personas que planeaban, presuntamente, junto al supuesto traficante, el secuestro exprés de un empresario gaditano. Estos dos individuos- J. R. A, vecino de Alcalá de Guadaira, y J. A. D. C, vecino de Sevilla-, han sido detenidos.

Pero no hay dos sin tres, y aparte del tráfico de armas y de droga, y del rapto del empresario, la Guardia Civil descubrió también, en la misma operación, que estos dos últimos individuos estaban también implicados en dos robos con violencia e intimidación que se habían cometido sin éxito en La Algaba y Sevilla.

Con todo, de los tres supuestos implicados en el plan del secuestro, sólo ha sido enviado a prisión uno, considerado el supuesto cabecilla, mientras que el resto ha sido puestos en libertad con cargos.

Un delito inminente

Según fuentes de la Benemérita, el rapto en la provincia de Cádiz era inminente, después de que hubiesen seguido a la víctima durante bastante tiempo hasta conocer todos sus movimientos, además de numerosos detalles como los sistemas de seguridad de su vivienda. La elección del empresario se fraguó cuando los detenidos conocieron que éste había realizado recientemente una importante operación comercial, que garantizaba un importante rescate. El plan, según las mismas fuentes, preveía fingir un robo con violencia contra el gaditano, en el que lo secuestrarían.

La noticia del secuestro cayó ayer como un jarro de agua fría en la localidad chiclanera, sobre todo en el tejido empresarial, que desconocía la identidad de la víctima en potencia de esta banda.