«Sólo queda un retén»

Sigue la «incertidumbre en el tajo. Esa es la sensación que reinaba ayer entre los pocos trabajadores que seguían a pie de obra en la construcción del segundo puente. El contingente estaba repartido por el viaducto y correspondía al retén de seguridad que mantiene Dragados en la zona, a varios operarios de la subcontrata Tecade, encargada del hierro, y a trabajadores de Pinsure, que tiene encomendada la labor de pintura.

Todos coinciden en advertir que la actividad en la obra ha caído en picado en las dos últimas semanas Este periódico contactó ayer con algunos de los operarios que siguen en el nudo de Río San Pedro y aseguran que el problema no está en Cádiz sino en Madrid. El retraso en la obra es patente. «Aún resta la mitad del puente por montar», desvelan desde Pinsure, para referirse a las consecuencias que traería una interrupción sobre el ritmo alcanzado.

Parte de los operarios contratados por Dragados siguen en casa con los quince días de «vacaciones forzosas» a que se han visto obligados a aceptar ante el compás de espera marcado por la empresa adjudicataria de la obra. Dragados aguarda a que a final de mes se conozcan cuáles serán las obras afectadas por el ajuste presupuestario.

«Hay gente de vacaciones, pero no se sabe si es a consecuencia de que vayan a parar, porque nadie ha dicho nada oficialmente», explica uno de los encargados.

«El jueves (por hoy) empieza a venir gente a la que habían dado vacaciones», adelantan. Se basan en lo que supuestamente les habrían comentado algunos responsables de Dragados. Según esa misma hipótesis, los primeros en volver al tajo serían aquellos que tienen un trabajo urgente y especializado.

Conforme acaban los encargos de grandes dimensiones anotados en el programa de obras de junio, las contratas sólo actúan en remates. El número de sus efectivos ha bajado. El mismo encargado de Tecade finalizaba ayer algunos retoques, sin la presencia ya del resto de la cuadrilla.

Entretanto, en la zona de la oficinas donde se encuentran los barracones de Dragados y Fomento, el mutismo es total. Se reservan cualquier tipo de declaraciones y derivan a los jefe «de arriba» las explicaciones sobre la situación de la obra.