Las horas de sol le pasan factura a Cádiz

Vigile ese lunar que le puede costar la vida. Vivir en la tierra con mayor número de horas de luz no es gratuito. A la larga termina pasando factura y los especialistas de la piel son los principales testigos del precio que hay que pagar. Cádiz tiene una de las tasas de incidencia de cáncer más altas de España, por su situación geográfica y por la mala costumbre de tomar el sol sin protección y durante las horas más peligrosas. Ayer, Día Mundial del Cuidado de la Piel, se hizo hincapié en este problema.

Se calcula que uno de cada 80 pacientes tiene algún tipo de tumor de piel. A lo que se le suele dar una importancia relativa porque, por fortuna, más del 99% se curan con una cirugía. Sin embargo, la preocupación de los dermatólogos es alta. El más común es el basocelular, que supone el 60% de los carcinomas. Por lo general, se erradica con una extirpación. En el otro extremo está el melanoma, que suele crear metástasis y llegar a producir la muerte. Es el más peligroso y supone un 3% de los casos.

Los hospitales de la provincia detectan entre 3.000 y 5.000 nuevos cánceres de piel al año. La mayoría en el Puerta del Mar, centro de referencia, donde trabaja a diario un equipo de cinco dermatólogos. Diego del Ojo es uno de ellos, además de ser vocal de la Academia Española de Dermatología.

Siempre está dispuesto a hablar de los problemas de la dermis, la prevención es fundamental y admite que no hacen falta cálculos ni estadísticas para decir con total seguridad que «Cádiz tiene mucho cáncer de piel, más que cualquier otra provincia con menos horas de sol». «Tenga en cuenta que no sólo se trata de estar en la playa sobre la toalla, hay que pensar también en la actividad diaria y en el tipo de trabajo», recalca.

La memoria

«Las lesiones de forma continuada son el principal factor para desarrollar la enfermedad. La dermis tiene memoria y si no la cuidamos, al final dará la cara». El especialista atribuye este aumento al abuso del sol, pero sospechan que hay más factores detrás que aún están por confirmar. Entre ellos, la dieta poco saludable y la falta de ejercicio. Pero hacer vida sana no exime de andar con cuidado durante las horas de mayor incidencia. El presidente de la Academia de Dermatología, Julián Sánchez Conejo-Mir comparte la misma opinión.

El viento es otro factor de riesgo también habitual en Cádiz. «Hay un detalle importante: durante la exposición al sol, la piel es más vulnerable a las agresiones como la del aire». Cuenta que al dermatólogo no le da tanto miedo que el paciente se ponga moreno, como el resultado de eso mismo. «Si no se producen quemaduras u otras lesiones, el peligro de desarrollar un tumor es menor», dice el responsable de la Academia Española. Conejo-Mir aconseja que todos sigan las recomendaciones generales, pero advierte de que el fototipo de cada uno supone también un condicionante. «Es de lógica, no es lo mismo que se ponga al sol un ciudadano de Nigeria a que lo haga otro de Estocolmo». Los rubios y con lunares son los más propensos a padecer la enfermedad.

Estos tipos van del I, para los albinos, hasta el VI, que corresponde a las pieles negras. El más abundante en la provincia es el III y el IV, que son aquellos que se queman en algunas ocasiones y siempre se brocean o los que cogen color sin llegar a quemarse. En cualquier caso, siempre hay que mantener la guardia. «Tengamos en cuenta que nadie se pone hoy al sol, se quema y al mes que viene tiene un cáncer, pero eso, de forma continuada año tras año, supone un enorme riesgo», recalca el especialista.

Dadas las dimensiones que alcanza este tipo de tumores, el Puerta del Mar cuenta con una consulta específica de melanoma. El equipo se coordina para hacer las operaciones más leves o asesorar a los cirujanos y atienden en torno a unos quince casos a la semana. El nivel de la intervención va a depender del tipo de tumor y del momento en el que se coja, de ahí la importancia de la detección precoz.