Obama admite que la «situación de Gaza es insostenible»

¡Qué difícil resulta a los presidentes de Estados Unidos abordar el conflicto entre israelíes y palestinos! Lo ha sido así siempre, tanto para republicanos como para demócratas. Mahmud Abbas pretende retrotraerse en la historia y, ahora que en la Casa Blanca se hospeda Barack Obama, quiere volver al status quo de Camp David. Pero la situación ha cambiado. Y mucho. La derecha israelí se ha hecho con el poder y no piensa en planes de paz.

Lo comprobó el bienintencionado Obama nada más jurar el cargo. Benjamín Netanyahu no es Barak, aunque compartan Gabinete. Por ello las ansias del presidente de Estados Unidos han topado con la realidad. Ahora, debe jugar en el tablero de Oriente Próximo como lo hicieron otros antes. O sea, hablar mucho para no decir nada. Obama podrá ser más o menos dialécticamente duro con los judíos, pero cualquier acción será frenada por el lobby racial más poderoso de los 52 estados norteamericanos. Ayer tocó enseñar un poco los dientes y tras reunirse con Abbas durante una hora en el Despacho Oval calificó de «insostenible» la situación en la franja de Gaza por el bloqueo israelí y pidió al Ejecutivo hebreo que trabaje con todas las partes para encontrar una solución al problema, al tiempo que reclamó que reduzca la actividad en los asentamientos.