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La guerra de las matriculaciones deja Cádiz y se extiende a la Bahía

El número de solicitudes supera a la oferta en varios centros de Chiclana y San Fernando y los padres amenazan con investigar los fraudes

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Lo que ya venía siendo un clásico de la primavera en Cádiz se extiende a la Bahía. Varios centros de la capital lidian cada año con la avalancha de solicitudes que supera con creces a las plazas ofertadas. Eso ha supuesto broncas entre padres a la puerta del colegio, contratar detectives para investigar la situación de alumnos que han sido aceptados e incluso la creación de una plataforma de afectados. Pero este curso el conflicto abandona Cádiz y se traslada a otros municipios.

Los más afectados son Chiclana y San Fernando, donde aprovecharán la experiencia gaditana para iniciar la guerra por las matriculaciones en varios centros, la mayoría públicos. Se encuentran fundamentalmente en los nuevos núcleos de expansión urbana, donde la falta de plazas ya hace estragos. La situación más complicada, por la elevada demanda existente, vuelve a darse en el colegio La Barrosa, abierto desde hace dos años. En este centro, y para apenas 70 plazas para alumnos de tres años, se han presentado más de 150 solicitudes. En el Tierno Galván, también de titularidad de la Junta, se han quedado fuera siete niños, mientras que en Los Remedios ha sido sólo uno.

Otra fórmula a la que se tendrá que recurrir en el colegio Atlántida, que también ha recibido un exceso de solicitudes, será el sorteo. Lo mismo que el Al-Andalus, donde se disputarán su matriculación una quincena de familias.

Según ha podido saber este medio, ya hay padres que sospechan de fraudes en las documentaciones. Por eso mismo, no descartan iniciar investigaciones para desvelar las sospechas. Los casos ocurridos en Cádiz el año pasado han hecho saltar las alarmas y aseguran que se unirán para luchar contra las irregularidades, más aún si eso les permite hacerse con una plaza en el colegio deseado.

En el caso de San Fernando, los centros de Camposoto acapara la mayoría de las peticiones. Según las previsiones, este año serán unos 50 los niños que se quedarán sin pupitre en los tres colegios del lugar. A ello hay que sumar los casi 40 que el año pasado aceptaron marcharse a otros destinos con la condición de poder estar cerca de casa para el próximo curso. Pero, no podrá ser.

La delegada provincial de Educación, Blanca Alcántara, mantuvo recientemente una reunión con el colectivo de padres afectados y les comunicó que finalmente sus hijos tendrán que reubicarse en el colegio La Ardila. A pesar de que en el nuevo centro de Camposoto existen aulas vacías, correspondientes a los cursos superiores de primaria, se ha desechado la posibilidad ya que no están adaptadas para infantil.

Pero la cosa no pinta bien. Mientras el Ayuntamiento cierra la cesión de la parcela para un nuevo colegio, todo indica que los problemas se repetirán. No será hasta el próximo lunes cuando se desvelen las sospechas una vez con el listado de admitidos publicado en el tablón.