Renfe pierde 127 millones hasta junio pese al éxito del AVE

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Adiós prematuro al equilibrio presupuestario que parecía atisbarse en las cuentas de Renfe a finales de 2013, cuando apenas dejó sin cuadrar 620.000 euros. La operadora ferroviaria pública perdió 127 millones de euros el primer semestre pese al sensible aumento de ingresos de su filial de viajeros:_un 6,3% más hasta alcanzar los 1.293,4 millones de euros.

El problema es que las costuras de los presupuestos de la aún compañía monopolística –la liberalización parcial del corredor a Levante no será un hecho, en principio, hasta principios de 2015– no dan para tanto gasto. Así, los costes de esa división de Renfe se incrementaron un 9,2%, lo que disparó sus números rojos un 27,1% hasta los 76,3 millones.

La consecuencia de ese desequilibrio es que también su beneficio bruto de explotación (ebitda) cayó un 21,8% hasta los 87 millones. Desde Renfe lo justifican fundamentalmente en lo elevado del canon que han de pagar a ADIF, el ente público que administra las infraestructuras ferroviarias (vías, estaciones y otros servicios). De enero a junio tuvieron que abonar 332,1 millones por dicho concepto, un 25% más que hace un año.

La previsión que la operadora tiene por ese concepto para el conjunto de 2014 era de 580 millones (466 de ellos relativos al AVE), una cifra que se ha quintuplicado desde 2005 y que, encima, dista mucho de cubrir los costes de la infraestructura ferroviaria, según se quejan desde ADIF. Si a eso le unimos el impacto de la segregación en cuatro filiales –que le ha obligado a consolidar como grupo también las pérdidas del ferrocarril de vía estrecha (Feve) y de sus tres sociedades de mercancías– elevaría sus pérdidas al horizonte de los 200 millones a finales de año.

Pero otra explicación, más preocupante, también se encuentra tras los números rojos de Renfe. Su feroz guerra de precios con el avión, con una rebaja lineal del 11% en la tarifa base del AVE y ofertas con descuentos de entre el 30% y el 70% –por ejemplo, por anticipar la compra–, parece estar pasando factura a la cuenta de resultados.

Guerra con el avión

Y es que si bien tiene una demanda claramente mayor –un 20% más de pasajeros hasta junio, y otro 23,5% el año pasado–, la rentabilidad por viajero no termina de compensar su coste. Y eso incluso en la joya de la corona de Renfe, su división de AVE y larga distancia, pese a que facturó 600 millones al crecer un 5,8% sus ingresos.

Eso sí, aunque la batalla presupuestaria parece estar perdiéndose –la mayoría de las aerolíneas que operan en España están en ganancias e Iberia ha reducido sus pérdidas (95 millones)_un 60% hasta junio–, la de los clientes sí está cayendo de su lado. Según el INE, el uso de los trenes de larga distancia y AVE creció casi un 16% en los cinco primeros meses –y un 13,6% en tasa interanual–, con 2,5 millones de viajeros transportados, mientras el avión (sólo los vuelos interiores) bajó un 1,6%.

Incluso el ferrocarril de cercanías mejoró levemente su demanda (un 0,4% más), aunque los tremes de media distancia perdieron casi un 5% de su clientela. Ambos, no obstante, aportaron casi la misma facturación para Renfe (354 millones) que en el primer semestre de 2013, gracias en buena medida a los 303 millones que recibió del Estado en ese período para compensar esos servicios públicos.

Renfe Mercancías, por su parte, redujo sus números rojos un 20% (33,8 millones), mientras que su filial de fabricación y mantenimiento lo hizo un 14% hasta los 15,4 millones.