Cheng, junto a su bicicleta. / Reuters

Ji Cheng, el primer chino en la carrera

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Si hay algo que los organizadores del Tour saben hacer muy bien es aprovechar la aparición de corredores de países que en su momento no podían ser considerados como tradicionales, vinculados normalmente a Europa, para abrir nuevas vías de negocio.

Pasó con los colombianos, los americanos, los rusos, los australianos, los ingleses, entre otros. También han corrido la prueba japoneses. Faltaban ciclistas de un país que se ha convertido en una potencia mundial, China. ¡Ya hay un chino corriendo en el Tour! Ji Cheng, que encima lo hace en el equipo Giant, el mayor y más potente fabricante del mundo de bicicletas, que patrocina el equipo profesional, y es una empresa taiwanesa.

Ji Cheng también se convirtió en el primer chino que corrió la Vuelta a España, en 2012. Cuando el Tour haga jornada de descanso en Besançon cumplirá los 27 años.

Ha sido una apuesta muy clara de Giant por conseguir un ciclista de esta nacionalidad, con un margen de negocio ilimitado. La realidad es que Ji Cheng ha conseguido su puesto en el Tour por méritos propios. Es uno de los encargados de prepararles la llegada Marcel Kittel y John Degenkolb.

Cheng nació en Harbin, una ciudad china de tres millones y medio de habitantes, que en ese país puede considerarse pequeña. Está en la parte nororiental del país, pegando a la Rusia siberiana. Es un lugar muy frío en el que durante el invierno la temperatura baja normalmente hasta los 36 grados bajo cero.

El propio corredor ha explicado que «el récord de temperaturas bajas lo tenemos en 55 grados bajo cero». Su padre era decorador de interiores y su madre, limpiadora. Saltándose las normas que imperaban en China hace años, su familia se saltó la política del hijo único. Tenía un hermano mayor y cuando nació le pusieron a su familia una multa de 3.000 yuanes (370 euros) por ese nacimiento.

En el colegio se decantó por el atletismo «y ganaba a todos». «Esa facilidad para los deportes me permitió entrar en un grupo de alumnos elegidos y compaginar los estudios con diferentes deportes. En 2002, en un día de mucho frío me monté en una bicicleta estática. Me gustó».

Poco después conocería su primera máquina: «Un mes más tarde de subirme por primera vez a una bicicleta corrí mi primera carrera. Fueron doce vueltas al circuito de Laoshan, donde estaba el velódromo de los Juegos Olímpicos de Pekín para pista, BMX y BTT. No tenía ni zapatillas de ciclismo. La carrera resultó muy dura».

En 2005 se inscribió en los Juegos Chinos que se celebraron ese mismo año en Nanjing. Tuvo un golpe de suerte en 2006 que acabaría por cambiar su vida: «Me enteré ese año de que Shimano buscaba corredores chinos para su equipo en Europa. Me hicieron una entrevista en la que me preguntaron si sabía cocinar y si sabía inglés. Les contesté que estaba dispuesto a aprender inglés y que me apasionaba la cocina».

De esa manera llegó a Europa, concretamente a la localidad holandesa de Hengelo. Cheng se ha hecho un gran cocinero. Quienes mejor pueden atestiguarlo son sus compañeros en el Giant: «Mi especialidad son las alas de pollo con coca-cola», afirma mientras sonríe».

Tuvo la suerte de caer en muy buenas manos. Rudi Kema, uno de los directores del equipo Giant, dice que «era una apuesta a largo plazo». «Tenía talento y nos propusimos trabajar con él a largo plazo con el fin de que fuese cogiendo el nivel para poder correr pruebas importantes».

Lograron que se convirtiese en un ciclista importante para preparar las llegadas a sus sprinters tirando del pelotón para anular las fugas que haya por delante.