Kim Jong-un, rodeado de 'escribanos'. / FOto: Reuters

Los 'apuntadores' de Kim Jong-un

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Dicen que hasta el mejor escribano echa un borrón. Pero eso en Corea del Norte no es posible. ¿Quiénes son esos militares y civiles que aparecen tomando notas en una libreta siempre, o casi siempre, en las fotos publicadas del líder norcoreano Kim Jong-un? Todos ellos salen muy atentos a lo que dice el líder, muy sonrientes y con un boli y un cuaderno en la mano. "Es una práctica que inició su abuelo Kim Il-sung en la década de 1950", cuenta Rafael Bueno, director de Política y Sociedad de Casa Asia. "Es algo que se ve reflejado en los murales, en cuadros y que refleja todo lo que conlleva la propaganda del régimen", añade.

Y es que en Corea del Norte no se deja nada al azar y todo está perfectamente controlado. "Esta situación demuestra el liderazgo de Kim Jong-un. Es una forma de mostrarle al pueblo cómo él es el gran maestro al que todos sus discípulos siguen y toman nota de su sabiduría como aprendizaje. La gente aprende de él", destaca Rafael Bueno. "Todo lo que dice en sus visitas se tiene que tener en consideración de forma estricta".

Evidentemente Kim Jong-un no sabe de todo, pero la sensación que se transmite es que su sabiduría es inmensa porque se toman notas cuando visita una base militar, una fábrica, un colegio, un cine, unas instalaciones eléctricas o cualquier lugar de Corea del Norte.

Parte de la propaganda del régimen

Un ejemplo de la utilidad de esta propaganda iniciada por Kim Il-sung, abuelo del actual líder norcoreano, es que en 1976 y después de visitar un puerto pesquero, la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte publicó lo siguiente: "Observando un camión en funcionamiento, el presidente dijo que la parte de atrás del camión parecía pequeña comparada con la capacidad del motor. Sugirió alargar la caja del camión y tras ese ajuste su capacidad de carga pasó de 800 kilogramos a dos toneladas. Como resultado de eso, 20 camiones podían transportar lo que antes cargaban 50 camiones".

"Son notas internas que en su mayoría no llegan a publicarse nunca fuera del ámbito privado", señala Rafael Bueno, pero cuando lo hacen -como en el ejemplo de 1976- es para demostrar la sabiduría del líder en una demostración de gran maestro. "Tomar las notas es una tarea peligrosa porque no puedes añadir nada a lo que ha dicho el líder, ni se te puede olvidar algo de lo que ha dicho, ni malinterpretar nada", señala el director de Política y Sociedad de Casa Asia. Ya saben, en Corea del Norte ni el mejor escribano puede echar un borrón,