El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk. / Efe

Yatseniuk asegura que Putin «quiere hacer renacer el imperio soviético»

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El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, ha asegurado en Roma que el presidente ruso, Vladímir Putin, "con su ofensiva en el Este y en el Sur de Ucrania, sueña con hacer renacer el imperio soviético".

Yatseniuk hizo esta declaración en una rueda de prensa celebrada en Roma tras lo que regresó a su país antes de lo previsto debido a la situación en Ucrania, por lo que no participará, como tenía previsto, en la ceremonia de canonización de los papas Juan XXII y Juan Pablo II, mañana, domingo.

El primer ministro ucraniano también tachó de "acto de terrorismo" la retención, el pasado viernes, de doce observadores militares europeos en Ucrania por separatistas prorrusos.

Yatseniuk subrayó que "no solo Moscú no ha condenado este acto, sino que Putín ha decidido sostener militarmente a estas bandas de terroristas". "Rusia debe retirar sus tropas y dejarnos en paz", añadió el primer ministro ucraniano.

Sobre su encuentro con el papa Francisco, el primer ministro informó de que le pidió "rezar por la estabilidad y la paz" en Ucrania. "Haré todo lo que pueda", se oyó al papa decir al primer ministro de Ucrania durante la reunión de hoy en el Vaticano y en la que Francisco le regaló una pluma "para que pueda escribir la paz".

Por su parte, Yatseniuk regaló al papa una fotografía de la Plaza e la Independencia (Maidan) en Kiev el pasado 31 de diciembre y le dijo al papa: "aquí los ucranianos lucharon por la libertad y sus derechos. Tras la rueda de prensa, Yatseniuk recordó a las víctimas que murieron durante la concentración en la Plaza de la Libertad (Maidan) de Kiev al encender una vela en la basílica de los ucranianos, Santa Sofía, en Roma y después se cantó el himno nacional.

Las sanciones ya adoptadas

Los países occidentales, fundamentalmente Estados Unidos y la Unión Europea (UE), estudian nuevas sanciones contra Rusia al considerar que Moscú no ha cumplido los acuerdos alcanzados la pasada semana en Ginebra al mantener su apoyo a los milicianos prorrusos del este de Ucrania.

No serán las primeras, ya que occidente ha adoptado ya varias medidas de sanción contra Rusia desde el comienzo del pasado mes de marzo, cuando se agudizó la crisis con Moscú a raíz de la situación en Ucrania y la anexión de Crimea.

Canadá fue el primer país que decretó sanciones y el 5 de marzo de 2014 suspendió su participación en la Comisión Económica Intergubernamental Canadá-Rusia. También decidió la expulsión de nueve militares rusos que participaban en programas de cooperación. El 6 de marzo, Estados Unidos y los países de la Unión Europea aplicaron las primeras restricciones.

EE UU anunció la restricción de visas a numerosos funcionarios a los que consideraba responsables de la violación de la integridad de Ucrania, mientras que Europa suspendió las negociaciones para la liberalización de visados y garantizó a Kiev ayudas económicas y un acuerdo político.

El 17 de marzo, en respuesta al referéndum de anexión de Crimea a Rusia, las potencias occidentales comenzaron a poner nombre a las primeras personas a las que afectaban las restricciones. Estados Unidos actuó inicialmente contra siete altos funcionarios del Gobierno de Moscú, a los que sumó el 20 de marzo una veintena de altos cargos y empresarios rusos, en los que se incluían destacadas personalidades próximas al presidente ruso, Vladímir Putin.

El 11 de abril incrementó la lista negra con seis líderes separatistas crimeos. Canadá sancionó a 10 funcionarios rusos, entre ellos Serguéi Glziev y Vladislav Surkov, dos de los principales asesores del presidente ruso, Vladímir Putin.

Por su parte, la Unión Europea actuó contra 21 rusos y ucranianos a los que restringió los visados y congeló los bienes en territorio comunitario, entre ellos el mando de la Flota del Mar Negro, vicealmirante Alexsandr Vitko, y el primer ministro de Crimea, Serguéi Axiónov. El 21 de marzo, esta lista se amplió a 33 personas. En esta última fecha, la UE avanzó que prepararían medidas de calado económico contra Rusia si Moscú continuaba su avance en territorio ucraniano más allá de la península de Crimea, y anuló la cumbre UE-Rusia prevista para junio.

Las potencias occidentales decidieron asimismo, el 24 de marzo, suspender la celebración de la cumbre del G8 (G7 más Rusia) que iba a celebrarse en la ciudad rusa de Sochi en junio y trasladar su celebración a Bruselas. En paralelo a estas sanciones, en abril, el legislativo de EE UU aprobó un paquete de ayuda económica a Ucrania por un montante de 1.000 millones de dólares en garantía de préstamos para las nuevas autoridades de Ucrania.

Los ministros de Exteriores de la UE autorizaron a su vez la concesión de ventajas arancelarias unilaterales a Kiev, así como una ayuda macrofinanciera de 1.000 millones de euros. Al margen de estas medidas, Alemania ha paralizado la venta de un centro de entrenamiento de combate al Ejército ruso por parte del consorcio Rheinmetall.

La multinacional estadounidense McDonald's anunció el cierre temporal sus tres restaurantes en Crimea. Rusia ha respondido a las restricciones de movilidad con medidas similares contra políticos de Canadá y de Estados Unidos.