paco de lucía

«Somos demasiados en el mundo, una plaga para el planeta»

«Soy muy osado, pero si no te mojas el culo no hay peces», afirmaba el guitarrista y compositor gaditano en una entrevista concedida a 'La Verdad' el 10 de agosto de 2005

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Paco de Lucía (Algeciras, 1947) sueña con la tranquilidad, la que vive cuando se retira al paraíso mexicano que le ha acogido los últimos años y que en los últimos días ha roto un huracán; habla pausado, ahorrando las energías y guardando el nervio que luego tiene que invertir para «llevar adelante un concierto». Y dice las cosas claras, como las siente. Sólo rinde cuentas ante su espejo: «Me miro y sé lo que soy, lo tengo muy claro».

-¿Cuál cree que ha sido su aportación al flamenco?

-Para mí es una satisfacción haber hecho lo que me gustaba en la vida, que es tocar la guitarra y tocar flamenco y, además, haber aportado algo a la tradición de nuestra música y de nuestra cultura. Para mí, el éxito no es haber sido famoso, conocido o ganar dinero; el éxito básico y principal es haber aportado, haber dejado constancia de mi paso por aquí.

-¿Se ha encontrado con muchas trabas en el camino?

-Bueno, yo no puedo quejarme, en mi vida me ha ido muy bien. Mi vida personal y mi vida artística han sido un éxito, y quejarse estaría muy feo por mi parte.

-¿En algún momento le ha pesado tanta responsabilidad?

-Sí. Siempre me pesa. Esa es la cruz que yo tengo que cargar. La responsabilidad, el tener que estar siempre brillante, siempre a la altura, porque cada vez me lo pongo más difícil y, cuando tengo que dar la cara, eso tiene que estar brillante, y limpio, y bien expresado, y bien tocado; y eso no es fácil. Esa es justamente la carga que yo tengo que soportar, de ser quien soy y estar donde estoy. La responsabilidad de estar siempre bien.

-Le gustan mucho los retos...

-Sí, siempre me gustaron; siempre fui muy osado. Y gracias a esa osadía he conseguido cosas. Con los retos no siempre se acierta, a veces te equivocas. Pero, si no te mojas el culo, no hay peces.

-¿Qué es la guitarra para usted?

-La guitarra, una hija de la gran puta, eso es lo que es p'a mí. Ja, ja, ja, ja, ja. Me come el coco. Es un instrumento muy difícil, de verdad. Hay una relación ahí entre devoción y odio, porque es mucho el esfuerzo que tiene uno que hacer para tocar flamenco. La guitarra es un instrumento que nunca estás seguro cuando lo tocas, siempre estás vendido. Depende de tantas cosas: del estado de ánimo, del equilibrio emocional, del momento. Para tocar muy bien o como una mierda.

-¿Cuántas tiene?

-No lo sé, unas 40 o por ahí.

Todo el día en el sofá

-¿Alguna vez se ha aburrido de la guitarra y la ha encerrado?

-No, no me aburro. Me aburro de las giras, el hotel, el viaje y el cansancio que produce todo eso. Pero tocar sigue siendo lo más importante de mi vida.

-Y de las entrevistas.

-Sí. Ja, ja, ja...

-¿Por qué le gustan tan poco?

-Porque es como abrirte a todo el mundo y yo soy una persona muy reservada... Me gusta hablar con mis cuatro amigos, pero eso de hablar para todo el mundo y contarles tus intimidades, no va con mi manera de ser.

-Lleva tiempo rumoreándose que va a dejar de tocar en directo.

-De hecho estoy tocando muy poco. Ya dejé de tocar en giras de cinco o seis meses, y viajar cada día a una ciudad. Ahora hago lo que me gusta. Conciertos sueltos. Eso de hacer la maleta para tres o cuatro meses Eso se acabó.

-¿Se moriría sin su guitarra?

-Pues no. En la vida hay tanto que aprender... Pero sí la echaría de menos, sí.

-¿Qué le queda por hacer?

-Tantas cosas... Lo que falta es energía para poder hacerlas; y la juventud, la ilusión, los estímulos...

-¿Su sueño?

-Estar todo el día en un sofá.

-Dicen de usted que es muy especial. ¿Se considera maniático?

-No, no soy maniático. Me gusta la tranquilidad, el campo, la naturaleza, sembrar mis plantas Ese tipo de cosas. Pero quizá sea consecuencia de la vida tan ajetreada que he llevado siempre. Uno siempre se va a lo opuesto. Soy una persona de lo más normal. Trato de ser buena gente, de ser honesto, de ser justo y de ayudar a tó'l que pueda.

-¿Cómo ve el mundo?

-Somos demasiados. Una plaga para el planeta y nos lo estamos cargando. Como no pongamos remedio, esto se va al carajo.

«Me da vergüenza que me echen flores»

-Como renovador del flamenco, ¿qué le parece el flamenco fusión?

-La fusión es algo en lo que no creo. Creo en la fusión de los músicos. Eso beneficia a ambas partes, te puede aportar cosas para engrandecer el flamenco, como música... Y de pronto hay aciertos. Ahora, no estoy en contra de nada.

-No parecen gustarle mucho los premios y homenajes

-Sí, realmente no me gustan. Me da mucha vergüenza eso de que me echen flores...

-Y que le concedan el Príncipe de Asturias de las Artes, ¿le motiva o le da la sensación de tenerlo todo hecho?

-No, tenerlo todo hecho no. Eso no tiene nada que ver. Yo me miro al espejo y sé lo que soy. A mí ningún premio me puede distorsionar la idea de lo que soy, porque lo tengo claro. Pero creo que es importante para la música que represento. De alguna manera, es aquella reivindicación de la que hablaba, que la gente importante del país de pronto reconoce que el flamenco es una música a tener en cuenta. Eso es suficiente para ir a recoger ese premio y a donde hubiera que ir.

-¿Piensa ya en un nuevo disco?

-Sí, siempre estoy pensando en eso, porque lo he vivido desde los 14 ó 15 años, cuando empecé a grabar. Todavía no tengo nada claro; tengo ideas de pa'donde tirar, pero aún no sé.

-Salud, dinero y amor. ¿Con qué se queda?

-Salud, definitivamente. Con salud se puede conseguir todo. Sin salud no hay ni amor, ni dinero, ni ná.