Sochi 2014

Laura Orgué, ambición sin límites

La campeona del mundo de kilómetro vertical redondeará este sábado en esquí de fondo la participación de españoles en Rusia y repetirá como abanderada española en la clausura

MADRID Actualizado: Guardar
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«Lo típico es decir que el entorno es muy bonito, en plena naturaleza y bla, bla, bla. pero a mí lo que me gusta es llevar el dorsal... estar en competición». Laura Orgué no esconde sus tendencias. Aspira siempre a mejorar, a ser la primera y mirar desde lo más alto a sus rivales. Los hechos le han concedido la satisfacción porque es la campeona del mundo de kilómetro vertical, un campeonato que se distribuye en cinco escaladas en diferentes montañas. Pero a la catalana no le basta con dominar el 'trail running'. Cuando llega el invierno su pasión por la adrenalina se mantiene y Orgué encauza sus ansias hacia el esquí de fondo y en la nieve también se observa un ascenso paralelo a su ambición.

Para su regocijo, detrás del tesón hay éxitos como el de haber mejorado sus resultados en los Juegos Olímpicos de Invierno. Después de participar en Turín (2008) -«Deportivamente no estaba preparada, pero creo que llego mucho mejor ahora para afrontar estos terceros», reconoce- y Vancouver (2014), su primera participación en Rusia le permitió marcar su mejor resultado: acabó en el puesto 25 el skiatlón. Fue su mejor puesto pero se sintió un tanto defraudada. «Me encontré bastante bien físicamente y pude rendir bien. Comprobé que el circuito se adapta a mis características y eso me dio esperanzas. La caída me impidió seguir con el grupo de corredoras con las que iba, pero intenté mantenerme fría y seguir con mi competición. El hecho de levantarme del suelo y calmarme, me permitió ir remontando posiciones progresivamente, algo que físicamente fue más sostenible que si hubiera intentado recuperar todo lo perdido rápidamente», cuenta desde Sochi mientras prepara la posibilidad de ampliar sus éxitos.

«Cada prueba es diferente, ya que cambia la distancia, el estilo y el tipo de salida (masa o cronómetro)», analiza. En los 10 kilómetros estilo clásico logró su objetivo de entrar en el 'top-30' (fue 28ª). Gracias a su estrategia de «conseguir gestionar bien las fuerzas durante todo el recorrido e intentar esquiar bien en todo el circuito» logró el duodécimo mejor parcial del último tramo de las participantes y una magnífica remontada. Le falta la prueba más espectacular. «En la prueba de los 30 km la salida es en masa. Por lo tanto, habrá que luchar cuerpo a cuerpo con las demás corredoras, así que hay un punto más de incertidumbre en cómo se va a desarrollar la carrera», anticipa sobre su despedida de Sochi. «Aconsejaría que vieran las pruebas de salidas en masa porque ves la lucha cuerpo a cuerpo de los corredores y es más bonito», añade sobre la competición de este sábado.

Fuera de la pista

Con la mejora de los resultados respecto a Vancouver (entonces fue abanderada en la ceremonia de clausura), la experiencia de Orgué está siendo muy satisfactoria. «El ambiente de 'Endurance Village', la villa olímpica de fondo y biatlón, es muy cómodo y las instalaciones están bien pensadas para los deportistas, tanto a nivel deportivo como a nivel lúdico para pasar lo mejor posible los ratos que tenemos libres entre entrenamientos y competiciones», cuenta la catalana. Inquieta y activa también en la faceta extradeportiva, ha tratado de descubrir algunos puntos de la orilla del Mar Negro. «Se echa de menos que, como en Vancouver, haya un pueblo cerca donde poder ir a desconectar un poco de la tensión de competiciones y entrenamientos», plantea la española que intenta conocer algo más que la residencia. «Lo que más me sorprendió fue cuando salí fuera de estos recintos. Había mucha seguridad, muchos controles y mucha policía, cosa que, estando dentro de la villa olímpica, no había apreciado», señala.

Orgué no va a olvidar Sochi porque ha disfrutado de las dos semanas en la residencia y en las pistas. Pero sobre todo porque ha visto premiada su ambición: su mejor puesto había sido el 27º en los 15 kilómetros persecución en 2010. Con semejantes resultados y emociones se siente feliz la catalana que se aficionó a esquiar con sus padres aunque tardaban tres horas en ir y volver desde Igualada a las estaciones. «Ellos son grandes aficionados de los deportes de nieve. De pequeñas, con mi hermana, nos llevaban a practicar fondo en plan familiar. Así empecé hasta que con 17 años ya comencé a competir con un club», repasa quien ha recibido la visita de sus progenitores en Rusia. En Sochi se han sentido orgullosos de la superación de una atleta que apartó el baloncesto por un deporte que sólo podía practicar los fines de semana. Pueden presumir, porque en octubre su hija se proclamó campeona mundial de kilómetro vertical y tres meses después forma parte de las treinta mejores mujeres del esquí de fondo. Además, será la abanderada española en la ceremonia de clausura. Sin embargo, la ambición de Laura Orgué no le va a permitir detenerse: «Quiero estar entre las 20 o 25 primeras».