Baloncesto | Copa del Rey

El Barça noquea y gestiona para alcanzar la final

El vigente campeón defenderá el título ante el Madrid tras defender una renta de 22 puntos en el primer cuarto ante un Valencia peleón y bravo.

MÁLAGA Actualizado: Guardar
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Tres ataques fueron suficientes para que el Barça sentenciar el partido y cerrara su pase a la final. Los que necesitó Juan Carlos Navarro para anotar tres triples en apenas un minuto. Un 9-0 inicial que dejó al aspirante noqueado al más puro estilo del Mike Tyson de los mejores tiempos, cuando el espectador debía llegar a su asiento con puntualidad británica o corría el riesgo de quedarse sin combate.

En esta ocasión fue el Valencia el que llegó tarde al partido. Y sin darse cuenta, había perdido por KO cualquier posibilidad de alcanzar la final en apenas diez.

El Barcelona fue asestando golpes certeros en la línea de flotación toronja hasta hundir a su rival en el pozo más profundo. El 31-9 con el que acabó el primer cuarto era tan maravilloso para el Barça (el mejor de la historia del torneo) como deprimente para los de Perasovic. El ’13’ culé había advertido a su rival tras batir al Tenerife en cuartos que quería la revancha de la última derrota liguera antes de viajar a Málaga, en la que los ‘taronjas’ remontaron un marcador adverso para acabar superando a los catalanes en la Fonteta. Se la tomó sin compasión.

Además, a la fiesta de ‘La Bomba’ se sumaron el mejor Nachbar desde que llegó a la Ciudad Condal (13 puntos en la primera mitad), un sólido Tomic y un hiperactivo Papanikolaou.

Sabiéndose superior en el juego interior, más aún tras conocer la ausencia en la semifinal de Serhiy Lishchuk por lesión, Xavi Pascual se había planteado bajar el porcentaje de acierto en los tiros de los de Perasovic como uno de los objetivos fundamentales para imponerse. Y sus muchachos se lo concedieron con una defensa casi perfecta que dejaba al Valencia en un pobre e insuficiente 30,7% (12 canastas en 39 intentos) en esos dos fantásticos cuartos.

El Valencia toco fondo y no podía más que tomar impulso para intentar sacar la cabeza. De la mano de Doellman pareció reconducir algo la situación (44-33). Pero cada vez que el contrario se acercaba a la barrera sicológica de los diez puntos el vigente campeón apretaba los dientes y volvía a estirar la distancia, mermando las esperanzas del finalista del pasado año en Vitoria.

El Barça ya no resultaba tan efectivo y el goteo de puntos no era tan constante, pero bastaba. Si algo tiene el equipo de Xavi Pascual es solidez defensiva. Puede perder brillantez, pero su trabajada defensa le salva de muchos apuros en situaciones complicadas. El resto lo hace la incuestionable calidad de la plantilla azulgrana y la profundidad de su fondo de armario.

A los valencianos hay que reconocerles el mérito de no bajar los brazos. Nobleza obliga. Pero el Barça no es el Laboral Kutxa. Los alaveses murieron en cuartos por agotamiento en los minutos finales. Los culés, sin embargo, venían de una plácida eliminatoria y tienen tantas opciones en el banquillo que su entrenador puede permitirse el lujo de emplear a diez estrellas y dejar sin minutos a dos buenos jugadores como el internacional Sada y a Todorovic.

La lucidez en los instantes finales, por tanto, no podía estar de parte de los de Perasovic, a pesar del enorme esfuerzo de Sato (21 puntos y 11 rebotes). Fueron más momentos de frustración ante un día negro que de ilusión ante la posibilidad de remontada, pese a que llegaron a ver al Barça a sólo seis puntos en el último minuto de juego.

El Barça ganó por 89-81 tras pasarse 30 minutos gestionando su ventaja en una lucha estéril del coyote detrás del correcaminos y se enfrentará al Real Madrid en el choque más esperado. Será el octavo clásico en una final de la Copa del Rey.