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Rosell dimite y cede la presidencia a Bartomeu

Cambio de poder meteórico en el FC Barcelona: dimisión del jefe con el ‘caso Neymar’ de fondo y ascenso del vicepresidente… a quien también le podría alcanzar la querella del socio

BARCELONA Actualizado: Guardar
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No se le puede negar al FC Barcelona velocidad para emprender los cambios más complejos. El día que Pep Guardiola anunció que no seguía se anunció el nombre de Tito Vilanova como relevo. Y ahora ha sido el presidente, Sandro Rosell, quien ha traspasado el poder al vicepresidente deportivo, el primero en el orden de sucesión, Josep Maria Bartomeu, tras una dimisión y un nombramiento meteóricos. En menos de 24 horas se filtró que el ya expresidente meditaba su adiós y ya hay nuevo presidente hasta junio de 2016, cuando acaba el mandato de la actual junta. Eso, si el socio irritado Jordi Cases no dirige su querella por el ‘caso Neymar’ hasta Bartomeu, tal y como amenazó este jueves su abogado, o si las previsibles luchas internas sin Rosell en el club no precipitan los acontecimientos. Al tiempo.

Sandro Rosell, presidente desde que ganó las elecciones a Joan Laporta en 2010, leyó un comunicado sin preguntas en la sala de prensa del Camp Nou para explicar su adiós. No es que quedaran muy claros los motivos tras cinco minutos de discurso, pero sí se le vio afectado cuando explicó: «Desde hace tiempo mi familia y yo mismo hemos sufrido en silencio amenazas y ataques que me han hecho pensar si ser presidente significa tener que poner en riesgo a mi familia y causarle angustia». Y se le apreció muy enfadado con el desencadenante de esta situación: la querella por el fichaje de Neymar. Rosell comentó: «En los últimos días, además, una injusta y temeraria acusación de apropiación indebida ha desembocado en una querella contra mí en la Audiencia Nacional. Desde el primer momento he dicho que el fichaje de Neymar es correcto y que la contratación ha provocado la desesperación y la envidia de algunos de nuestros rivales». Y justificó la falta de transparencia en el asunto: «El derecho de los socios a ser informados debe ser compatible con la defensa del club y la confidencialidad de algunas materias y hechos. Esta confidencialidad es esencial en el mundo del fútbol porque en caso contrario puede conllevar unos perjuicios para el propio club».

Josep Maria Bartomeu, responsable de fichajes en la vicepresidencia deportiva, agradeció a Rosell su dedicación, aceptó la responsabilidad hasta 2016 y anunció una rueda de prensa en la que contestará a todas las preguntas este viernes. Será interesante, porque la sensación es que el FC Barcelona se resquebraja antes de que concluya, si es que concluye, su etapa dorada en lo deportivo. El club azulgrana es único en el mundo por su capacidad autodestructiva. En ningún sitio las crisis institucionales son independientes de las futbolísticas. Sandro Rosell dimite como presidente del club en pleno ciclo ganador todavía, con el equipo vigente campeón de Liga y bien posicionado para pelear por todos los títulos. Incluso en vías de saneamiento económico tras la última etapa despilfarradora de Joan Laporta. Pero eso en el Camp Nou no cuenta. El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz admitió a trámite la querella contra su persona impulsada por el socio Jordi Cases por «apropiación indebida en la modalidad de distracción» en el ‘caso Neymar’, un asunto que no ha llevado bien y que le ha acabado estallando en las manos. No se le acusa de robar, sino de no especificar el destino de una cantidad (la del padre de Neymar y algunas comisiones y primas). Si el lunes se mostraba desafiante («Pido al juez que me cite a declarar porque así se sabrá que es todo legal»), el miércoles se le agotó la paciencia. En Valencia, donde acompañó al equipo al encuentro de Copa contra el Levante, analizó el rumbo que tomaban los acontecimientos y ya por la noche meditaba su dimisión, tal y como publicó la web de La Vanguardia pasada la medianoche. Este jueves se hizo efectiva.

Amenazas al margen, un feo asunto -influye la voluntad de que el presidente del Barça no sea imputado, sino sólo el ciudadano Sandro Rosell, sólo el socio 12.556, también- le ha ayudado a tomar la decisión. También es una forma de formarse una imagen de mártir, especialmente si la Justicia, una vez rotas las famosas cláusulas de confidencialidad que argumenta una y otra vez Rosell, le acaba dando la razón.

El socio Jordi Cases, un farmacéutico de Esparraguera, se ha acabado convirtiendo en más que una piedra en un zapato de Rosell. Comenzó cuestionando que Qatar se publicitara en la camiseta, lideró una moción de censura fallida por un tema de firmas y se sintió ninguneado cuando preguntó por la legalidad de los 40 millones destinados al padre de Neymar si Santos, el club del jugador, sólo ingresó 17,1. Nadie en el club le llamó, nadie calibró la fuerza de un socio, apoyado por un grupo afín, sin que nadie haya podido demostrar que Joan Laporta estuviese detrás suyo o bien otro grupo opositor de nueva formación.

El hecho de que Felipe Izquierdo, abogado de Jordi Cases, avisara en TV3 que haría extensible la querella a sus directivos no influyó, aunque podría tratarse de otro error de cálculo. La firma de Bartomeu aparece en los documentos del fichaje de Neymar. Jordi Cases puede ir más lejos…