Cristiano, emocionado, recibe el galardón de manos de Pelé, junto a su hijo. / Afp | Vídeo: Atlas
FÚTBOL | balón de oro

Cristiano le arrebata el trono a Messi

El astro portugués del Real Madrid consigue su segundo Balón de Oro tras el póquer del argentino

MADRID Actualizado: Guardar
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No hubo sorpresa en el engalanado Palacio de Congresos de Zúrich, donde Cristiano Ronaldo acabó con cuatro años de indiscutible reinado de Messi y recibió su segundo Balón de Oro. Sonrió, exultante, y lloró, emocionado, ya como mejor jugador del planeta. «No puedo seguir hablando», dijo, tras dedicárselo a Florentino Pérez, también con los ojos vidriosos, al mítico Eusebio, a su novia y a su familia. Es el sexto futbolista que lo logra como integrante del Real Madrid, tras Di Stéfano, Kopa, Figo, el ‘Fenómeno’ Ronaldo y Cannavaro, aunque sólo el astro de Madeira y los dos primeros completaron todo el año natural de blanco.

Periodistas especializados de France Football y seleccionadores y capitanes de los combinados nacionales que integran la FIFA se decantaron por Cristiano y su tornado de goles, ya que firmó 69 en 2013 frente a los 68 que sumaron entre Leo Messi (45) y Franck Ribéry (23). No hubo al final grandes diferencias en la elección, ya que CR7 logró el 27,99% de los sufragios, tres puntos largos más que Messi (24,72), que a su vez superó en casi un punto y medio a Ribéry (23,36), tercero con extrañeza. Les siguieron Ibrahimovic, Neymar e Iniesta. Por lo tanto, entre los seis mejores aparecen cuatro estrellas de la Liga. Por puntos, Cristiano se fue hasta los 1365, 160 más que el argentino y 238 por encima del francés. Como curiosidad, Del Bosque votó por Xavi, Iniesta y Ribéry, en tanto que Iker Casillas se decantó por Cristiano, Ribéry y Robben.

Si, efectivamente, se miden los méritos individuales, Cristiano fue el mejor de largo. 38 tantos en Liga (1,15 por partido) y 15 en ‘Champions’ son números estratosféricos, a los que suma seis tantos en la Copa del Rey y 10 con Portugal, cuatro de ellos en una desbordante repesca mundialista ante Suecia. A Messi, campeón de Liga, le frenó en seco su bíceps femoral. El finalista francés es el espíritu de un Bayern de Múnich para la historia, con un repóquer de títulos en sus vitrinas, pero no brilla tanto como este atacante luso que ya se impuso en 2008, cuando con sólo 23 años anotó 31 goles para que el Manchester United se alzase con la Premier y fue clave en el gran título continental firmado por los de Ferguson ante el Chelsea en Moscú. Falló un penalti de la tanda, pero marcó durante el partido.

Todos los indicios apuntaban al incontestable éxito de Cristiano, aunque sólo Bild se atrevió a adelantar un par de horas antes del comienzo de la gala, citando fuentes de la FIFA, que el portugués era el vencedor. La presencia de Florentino Pérez, Emilio Butragueño y Zinedine Zidane pusieron de manifiesto la importancia del galardón en el Real Madrid, que se volcó con su estrella para que todo fuera perfecto en uno de los días más felices de su vida.

La cohorte de Cris

Cristiano disfrutaba con su cohorte en la adinerada Zúrich. Si hace un año el astro de Madeira renunció a desplazarse a la gala para ser simplemente segundo del argentino, esta vez sobresalió la presencia de su novia, la modelo rusa Irina Shayk, de su amigo y representante Jorge Mendes, y de toda su familia, encabezada por su madre.

Tampoco era una cuestión baladí la confesión del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, acerca de una conversación privada que tuvo con Cristiano por teléfono a principios de año para disculparse y aclararle que aquella grotesca imitación del ‘comandante’ tuvo lugar en un show extraordinario celebrado en Oxford.

Sintomático el desmentido de la FIFA al negar que la ampliación del plazo de las votaciones durante la repesca modificara el resultado final. Sin embargo, muchos entendieron esa prórroga, con opción incluso de cambiar el sentido del voto, como un intento de la FIFA de resarcirse ante el portugués tras la mofa de Blatter.

Horas antes del desfile preludio de la ceremonia, presentada por la modelo brasileña Fernanda Lima, y de lucir esmoquin -bastante llamativo y criticado por «hortera» en las redes sociales el granate de Messi-, los candidatos se intercambiaron elogios que dejaban lecturas entre líneas.

Homenaje a Eusebio

Cristiano, ufano, homenajeaba a Eusebio, ganador en 1965 y recientemente fallecido. Las palabras de Cristiano sonaban ya a dedicatoria. «Fue una persona que siempre me dio consejos. Es un mito del fútbol, uno de los mejores de la historia. Para mí fue un privilegio estar a su lado, conocer bien toda su experiencia. Dejó huella en Portugal y en todo el mundo. Le vamos a recordar siempre. Su pérdida nos produce una gran tristeza».

Messi asumía de forma implícita su derrota. «Es admirable lo que viene haciendo Cristiano en la selección y en el Real Madrid», aseguró el rosarino. «Muchas veces destaqué la clase de jugador que es, aunque no hace falta que yo lo haga. Más allá de que somos rivales porque estamos en Barça y Real Madrid, a los buenos hay que ensalzarlos siempre», enfatizó Messi.

El azulgrana hablaba casi en pasado del Balón de Oro y dirigía la vista hacia el Mundial. «Estar acá ya es un premio. Fue muy lindo todo lo que he vivido y lo que he ganado, pero miro hacia adelante, en lo que puedo ganar con mi club, y sobre todo, con mi selección en este año de Mundial», declaró la ‘Pulga’. Aunque antes de viajar a Zúrich el presidente azulgrana, Sandro Rosell, dijo que lo justo es que ganase Messi, el propio Leo se daba aparentemente por vencido.

Ribéry, acreedor con creces a la distinción si se tiene en cuenta el mérito y los éxitos de club, decía tener «las mismas opciones» que sus rivales y se declaraba «orgulloso» de poder alcanzar la final. En declaraciones a RTL, el francés fue más allá. Se mostró tajante y hasta molesto. «No veo la lógica si yo no gano el premio. Lo he dado todo y no sé que más hay que hacer para vencer. No imponerse no sería el fin del mundo, pero sí una gran decepción. La vida sigue. Toca seguir trabajando, ganar más cosas con el Bayern y competir con Francia. Prefiero conquistar el Mundial con mi país que ganar el Balón de Oro», declaraba. Intuía, y quien sabe si ya conocía, que Cristiano adelantó a todos por la izquierda. Fue un delantero irresistible.

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