Camacho (i) controla el balón ante Arda Turan. / Jorge Guerrero (AFP)
FÚTBOl | PRIMERA DIVISIÓN

El Atlético gana por inercia

Una jugada de fe de Diego Costa culminada por Koke desatasca al equipo de Simeone frente a un Málaga cerrado

MADRID Actualizado: Guardar
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Ya no es novedad que el Atlético de Madrid gane por inercia, juegue bien, mal o regular, tenga o no el control de los partidos y disponga de muchas o pocas ocasiones de gol. No fue un partido nada brillante de los rojiblancos frente a un Málaga que sólo tuvo como objetivo el empate en La Rosaleda, pero la solvencia y el halo triunfador que acompaña al equipo de Simeone le bastó para acostarse líder, a la espera del duelo de la penúltima jornada de la primera vuelta del Barça, al que recibirán los colchoneros el sábado en el Calderón en un choque de los grandes.

El 'Atleti' sigue metiendo miedo, lanzado como está para pelear la Liga a los azulgrana y al Real Madrid hasta que las fuerzas se lo permitan, y con tal poderío y compromiso colectivo, los rojiblancos prometen esta temporada una larga e intensa batalla. De momento, el Atlético va a luchar por el título honorífico de campeón de invierno, todo un éxito para este bloque que aunque conceda oportunidades, que son escasas, es casi imposible marcarle un gol. En cambio, aprovecha al máximo las que se presentan a él, aliado con su impresionante racha vencedora. Así ocurrió una vez más en La Rosaleda, donde, sin fútbol espectacular, pero sí con enorme fiabilidad y eficacia, este Atlético que tiene las ideas tan claras sumó tres puntos más en su carrera hacia una Liga que ya no parece una quimera.

Al Atlético le basta con su juego práctico y su paciencia. Aunque le costó demasiado imponerse en Málaga, porque Schuster planteó un duelo muy defensivo ante su afición, consciente de que los rojiblancos sufren con el balón y se enredan ante las marañas de contención, pero fue suficiente una jugada de Diego Costa culminada por Koke tras un rechace para desatascar un partido tan espeso y comprometido. Sí fue noticia que el delantero hispano-brasileño no lanzase ni una sola vez a puerta, como tampoco lo hizo Villa, porque a los dos delanteros apenas les llegaron balones por el fútbol tan poco fluido y escaso de velocidad de los rojiblancos. Ya que el dominio y el toque no daba resultado, aunque el partido ya estaba inclinado hacia el lado visitante y se presagiaba un gol del Atlético en cualquier momento, fue Diego Costa el que decisión erigirse de nuevo en resolutivo. No con un gol, pero sí con una jugada personal. Ya que los rebotes suelen beneficiar a este Atlético y Koke y compañía saben estar en el sitio, había que intentarlo con una acción de empuje que sentenciase a un Málaga tan cerrado, aunque los blanquiazules diesen algunos coletazos inútiles en ataque.

Si se trata de defender, ninguno como el Atlético, pero también hay que pegar arriba, y los rojiblancos tampoco tienen rival de momento, con lo mínimo. En La Rosaleda fue otro partido de los feos del flamante líder, pero eficaz a más no poder. Apenas sufrió en defensa, lo que ya es habitual, pero en esta ocasión se le atragantó el enfrentamiento de medio campo hacia delante con esa defensa de cinco del Málaga y un centro del campo local preparado para destruir. El del Atlético, sin los sancionados Gabi y Raúl García y con Koke retrasado al doble pivote, estaba más diseñado para la creación, pero nunca encontró el camino hasta que Diego Costa dio un golpe para sacar petróleo con una de esas jugadas de fe e insistencia a las que agarran los rojiblancos cuando no les funciona el balón parado.

La única mala noticia fue la amarilla que vio Juanfran y que impedirá al lateral jugar contra el Barcelona, pero al menos Koke y Arda Turan evitaron las amonestaciones durante un choque muy áspero en el que, dado el cariz que tomaban los acontecimientos y tanto fútbol plano por el centro, Simeone se vio obligado a recurrir a dos supuestas armas para los extremos: Adrián y 'Cebolla' Rodríguez. El asturiano sigue sin confianza y llegó a perdonar solo ante Caballero al inicio de la segunda parte, pero el uruguayo le dio otro aire al Atlético y el triunfo no tardó en llegar. Y no hizo falta que debutase el argentino Sosa, que ya fue campeón en su país a las órdenes de Simeone, un técnico que ha transformado por completo a un equipo de tremendo peso en el que manda lo que de verdad importa: el resultado.