Mendigos para limpiar Fukushima

En las calles de Sendai, un populoso municipio situado en el centro de la península japonesa, cientos de indigentes pasan la noche a la intemperie o se refugian de las gélidas temperaturas invernales en estaciones de tren o soportales. Pero sus improvisados hogares también se han convertido en centro de reclutamiento laboral.

Desde hace varios meses, varias empresas niponas se han lanzado a la contratación de mano de obra para limpiar las áreas colindantes a la central nuclear de Fukushima entre quienes ni tan siquiera se pueden permitir un techo bajo el que hospedarse. Por algo más de setenta euros diarios y pese a que ellos mismos tienen que sufragar la comida y el alojamiento, no son pocos los que han aceptado el trabajo sin considerar el riesgo que corre su salud por la elevada radiación registrada en la zona.

Varias organizaciones han alertado de estas prácticas y advierten de la falta de control respecto a las empresas que intervienen en las labores de descontaminación del reactor. Alguna de estas entidades estarían subcontratadas por el propio Estado nipón, según denuncian algunas fuentes.

Por otra parte, el Gobierno japonés ha dedicido autorizar que los técnicos nucleares que trabajan en las labores de descontaminación de los reactores pernocten en los aledaños de la central. Accede así a la petición de los empresarios locales, que solicitaban medidas extraodinarias para acelerar las labores de acondionamiento de la zona.