Madrid y Espanyol hacen campeón al Barça

Se acabó. Estaba virtualmente decidida desde Navidades, ya que Mourinho se empeñó en proclamar que dar caza al Barça era poco menos que una utopía, pero la Liga se cerró definitivamente en Cornellá-El Prat, a falta aún de tres jornadas. Resulta que el Espanyol y el Madrid, los grandes enemigos del Barça, hicieron campeones a los culés antes de que tengan que jugar este domingo en el Vicente Calderón. Habrá pasillo de los ‘colchoneros’ a los de Tito Vilanova porque el empate cosechado por los blancos les resultó insuficiente. Tampoco dejó un gran sabor de boca en los catalanes, que necesitan sumar de tres en tres para acercarse a Europa.

Las emociones marcan los resultados y disimulan las enormes diferencias que provocan los presupuestos . Decía Jorge Valdano, enemigo público de José Mourinho, que el fútbol es un estado de ánimo, y esa teoría se confirmó anoche hasta que salió Cristiano y equilibró el duelo porque a él no le gusta perder ni a las chapas. No marcó pero cambió el panorama. Nadie puede discutir que en condiciones normales los merengues son infinitamente mejores que los ‘pericos’, pero anoche era otra historia.

El Madrid piensa ya solo en la final de Copa ante el Atlético y en un adiós de Mourinho lo menos traumático posible. El último tramo de Liga es un engorro para sus jugadores, sabedores de que el 22º título del Barça llegaría más pronto que tarde. Sumaban seis victorias, pero más por inercia que por juego. Enfrente, el Espanyol salió con más ímpetu al porque jugaba en casa, por la grandeza del rival y, sobre todo, porque se agarraba a sus últimas esperanzas europeas. Yal menor síntoma de relajación, ahí está el ‘Vasco’ Aguirre para salir del banquillo y arengar a sus soldados. El técnico mexicano es defensivo pero ha obrado un milagro con este Espanyol sin espíritu ni juego en el primer tramo de la temporada y ahora un bloque vigoroso.

Lesión de Varane

‘Mou’ insistió en un once experimental, aun así envidia de cualquiera. La ausencia de Cristiano, el alma y el pulmón de este equipo, debilita sobremanera al Madrid, un grupo desnortado sin Xabi Alonso, el faro que les guía en el centro del campo. Diego López y Varane eran los únicos titulares indiscutibles, ya que Di María e Higuaín entran y salen. Pero, caprichos del destino, resulta que el central francés se rompió antes de los veinte minutos. Una acción fortuita y su rodilla derecha dañada, con una posible afectación de menisco que le impediría jugar ese derbi copero. Sería el colmo que al final ‘Mou’ tuviese que desenterrar a Pepe para la final.

En este mundillo nada es imposible. Incluso que el Madrid defienda algún día bien los córners. Sus distracciones y falta de contundencia en este tipo de jugadas ya son un clásico. En el 1-0, obra de Stuani, hubo un toque de cabeza y un pase atrás de Sergio García antes de que el uruguayo anotase. Ypudo ser mucho peor si, en otro saque de esquina, el gallego Iglesias Villanueva no hubiera anulado un gol a Héctor Moreno por una falta previa a Xabi Alonso, sustituto de Varane para pasar a Essien al lateral derecho. El partido era muy discreto pero los catalanes corrían y los madrileños deambulaban. Se cerró el primer acto con una acción antideportiva. Resulta que el central mexicano desvió con el brazo un disparo de Morata y para disimular se tiró al suelo quejándose de un balonazo en el rostro. Solo la voluntariedad determina si era penalti o no, pero ese feo gesto teatral le delata.

Cambió el panorama tras el descanso. La entrada de Benzema en lugar de Morata y, sobre todo, de Cristiano en vez de un Kaká inoperante, le dieron vidilla al partido. Contribuyó también la actitud de los espanyolistas, que dieron un peligroso paso atrás. La sola presencia del astro portugués intimida. Le vigilan tanto que se benefician sus compañeros. Higuaín empató pronto, al cabecear una falta lateral lanzada con precisión por Modric. Faltaba más de media hora pero el Madrid no tuvo el carácter ni el fútbol suficientes para remontar. Xabi Alonso dio la cara nada más acabar y felicitó al nuevo campeón.