Benzema se tapa la cabeza tras chocar con Busquets./Gonzalo Fuentes (Reuters)
Fútbol

Benzema, activo e impopular

El delantero del Real Madrid se aplicó sin acierto en el remate y recibió de nuevo la reprobación del público

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Se empleó a fondo Benzema ante España. Se movió por todo el frente de ataque, surtió de un par de buenos balones a sus compañeros y hasta se jugó el físico en un remate en el que saltaron chispas al chocar su cabeza con la de Busquets. Pero el discutido Karim se marchó sin gol y abroncado por sus compatriotas a pesar de que desarrolló uno de sus actuaciones con más actividad, entrega y concentración de los últimos tiempos.

Tardó poco en asomar el número diez francés por el campo. En el minuto 6 se adelantó un metro a Piqué y lanzó un disparo sin peligro pero que avisó de sus intenciones de ser protagonista. También mostró una infrecuente capacidad de concentración para cazar alguna oportunidad que apareció en el minuto 19 cuando siguió de cerca una entrada de Ribéry y golpeó el balón cuando le cayó cerca. Pero tropezó con un defensa visitante y perdió la posibilidad de redención.

El nuevo Karim, el «gato» que no podía cazar como un perro para Mourinho, el «intermitente inútil» para el antiguo seleccionador francés, Raymond Domenech, intentó en el maltrecho césped apartar a sus críticos con una actuación de entidad en un escenario exigente. Ese cambio se había originado en los silbidos de desaprobación del último partido con su selección y en la polémica sobre ‘La Marsellesa’ que tampoco cantó cuando escuchó el himno en uno de los extremos de su alineación.

No obstante, con el creciente dominio español sus oportunidades para lucirse en ataque se disiparon. Entonces ayudó a sus compañeros en defensa, arregló alguna cobertura para Ribéry y en su afán por participar provocó una oportunidad para Villa en cabezazo atrás que sorprendió a todos sus compañeros.

Tras el gol en contra y la expulsión de Progba el delantero perdió su ocasión. Cuando Deschamps le retiró a diez minutos del final la sentencia de los aficionados fue contundente. Los silbidos debieron aturdir al delantero tanto como el golpe que había recibido al chocar su cabeza con la de Busquets en otro remate del ariete que se marchó fuera. Pero el público del Estadio de Francia no se compadeció. De nada sirvió su entrega o el par de pases con buena visión que no aprovecharon sus acompañantes. A sus 26 años carece del cariño popular y ya ha sido señalado como el malo de la película. Más de 1.000 minutos sin marcar son demasiado lastre para el delantero centro titular de la selección francesa.