DOPAJE | OPERACIÓN PUERTO

Manzano: «Se podía quedar uno muerto en una habitación de hotel»

«Yo no pagaba por las recetas en la farmacia; pagaba el Kelme», dijo el exciclista durante su testificación en la 'operación Puerto'

MADRID Actualizado: Guardar
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En marzo de 2004 el ciclista Jesús Manzano denunció en el diario 'As' las prácticas fraudulentas que le habían colocado al borde de la muerte. Nueve años después, sus declaraciones se han repetido en un tribunal español para juzgar un delito contra la salud pública cuyo mayor interés se centra en sus revelaciones sobre dopaje. Jesús Manzano corrió en las filas del Kelme desde 2000 a 2003 y en esa época conoció los procedimientos de Eufemiano Fuentes en su propia piel. Por eso, durante su testificación en la 'operación Puerto' renovó sus descripciones sobre los momentos en que vio peligrar su vida por culpa de las prácticas dopantes.

«Después de lo del Tour (sufrió un desfallecimiento antes de una etapa en 2003), la autotransfusión de Valencia (se sintió indispuesto durante el viaje en tren posterior), la Vuelta a Portugal y la Vuelta a España hubo una serie de discrepancias. Esto no podía seguir así. También le pasó a Iván Parra en el Tour y se podía quedar uno muerto en una habitación de un hotel», explicó el exdeportista. Uno de sus peores recuerdos es el de la ronda francesa en 2003, cuando caminaba hacia la salida y se despertó en una ambulancia. «Me dijeron que no contase en el hospital lo que me habían puesto y no me dejara hacer analíticas, porque podíamos ir todos a la cárcel», contó ante la juez.

En el nuevo juicio, Manzano demostró su relación con Eufemiano Fuentes con una cartilla firmada por el propio médico y siguió sus revelaciones con la participación de directores, managers y mecenas de su escuadra. «Yo no pagaba por estas recetas en la farmacia de Cuatro Caminos (Madrid). Allí nos suministran a todos los ciclistas del equipo. Yo no pagaba por los servicios médicos; pagaba el Kelme. Joan Mas Vendrell, ya fallecido, era el manager, el que ponía el dinero para los productos dopantes», aseguró. Vicente Belda (el director deportivo) se coordinaba con Eufemiano Fuentes y José Merino Bartres para la administración del dopaje, según el exciclista.

Se da la circunstancia de que en la 'operación Puerto' Jesús Manzano se ha personado como acusación particular. Según él, tomó la decisión tras sufrir el menosprecio e insultos de parte del pelotón y especialmente de sus antiguos jefes después de su confesión en 'As'. Nunca antes. «Si hablaba entonces, me iba a la calle y todo el equipo a la cárcel. No quería causar problemas», explicó.

Desde 2003 ha repetido sus explicaciones allí dónde le han preguntado. Ya en 2010 declaró en la sede del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) para testificar sobre Alejandro Valverde. «Compartimos habitación (entre 2002 y 2003). Vi doparse a Valverde muchas veces y a todos menos uno (Juan Miguel Cuenca). Aquello era un sistema de dopaje organizado», afirmó entonces. Después, el antiguo abogado de Manolo Saiz, Carlos Bueren, le ofreció 180.000 euros por retirar la acusación, según reveló Manzano .

Sospechosos habituales

En su turno de la 'operación Puerto', el exciclista explicó durante más de tres horas los procedimientos para evitar el positivo en los controles (contaminación de la orina o ingestión de líquidos para rebajar el hematocrito), las prácticas en «el cuartel general de Eufemiano» en un hospedaje de Torrejón, los tratamientos por turnos en un hotel en la Vuelta a España de 2003, los productos para animales que consumían los corredores del Kelme y la particular jerga empleada por el doctor Fuentes en sus planificaciones. Manzano señaló de nuevo al doctor, a su hermana Yolanda, Virú y Córdova como los habituales actores del dopaje y reconoció que acudía para recoger fármacos junto a Tino Zaballa (corredor actual del Christina Watches) y Quique Gutiérrez (segundo en el Giro de Italia de 2006).

Incluso se refirió a unos medicamentos que había trasladado a la Federación Española de Ciclismo para su investigación pero que nunca llegaron a los juzgados. Además, presentó otra baza para el delito contra la salud pública: el informe del forense Francisco Aguanell -quien debería haber testificado en la 'operación Puerto' pero que murió dos días antes de su turno por un infarto-. Manzano alcanzó un nivel de hematocrito de 56% en la sangre y según el experto esto suponía un «aumento del riesgo de sufrir trombosis cardiaca, arterial y pulmonar y accidentes vasculares». Otro riesgo más para un ciclista que se movió entre la vida y la muerte y que propulsó una 'operación Puerto' que no juzga el dopaje.