educación

Guerra a la chuleta electrónica

Varias universidades instalan inhibidores de frecuencia en las aulas para evitar la comunicación entre estudiantes que se examinan y personas ubicadas en el exterior

MADRID Actualizado: Guardar
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La chuleta electrónica tiene los días contados. Varias universidades españolas, entre ellas la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad Complutense de Madrid y la Facultad de Medicina de la Universitat de Vaencia (UV) han decidido instalar inhibidores de frecuencia en las aulas para evitar las comunicaciones entre los estudiantes que se examinan y personas ubicadas en el exterior.

La medida proviene de las quejas de los estudiantes ante el uso de móviles y pinganillos para copiar en los exámenes. Un sistema que crítican por su falta de ética y que, aseguran, precisa de un cómplice relacionado con el temario y la carrera, por lo que facultad madrileña investiga la posible existencia de una red organizada que cobraría por el servicio. En las paredes de la universidad se avisa ya mediante carteles de la existencia de inhibidores electrónicos, con un advertencia para los estudiantes que utilizan marcapasos.

Mientras tanto, en la facultad valenciana tendrán que esperar hasta mediados de esta semana para activar el sistema por un retraso de la empresa que los suministra. El rumor de la existencia de esta red de copia usando audífonos conectados a teléfonos móviles se extendió entre los alumnos y profesores durante los exámenes del pasado verano, por lo que la facultad empezó a probar diferentes aparatos de inhibición de frecuencia para ponerlos en marcha en la convocatoria de enero.