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El PSV termina entre rejas

El actual líder de la Eredivisie holandesa disputa un partido contra los reclusos de la prisión de Klong Prem en Bangkok durante su gira asiática

MADRID Actualizado: Guardar
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Al llegar tuvieron que vaciarse los bolsillos, dejar en la entrada todo tipo de teléfonos y objetos electrónicos, monedas, incluso lápices, considerados armas en potencia cuando se trata de entrar al patio de una prisión. El terreno de juego estaba en la cárcel y los sueños en los reos que por unas horas se sintieron libres. El invitado estrella era el PSV, actual líder de la Eredivisie holandesa. Un encuentro difícil de olvidar para ellos, acostumbrados a que las giras asiáticas giren en torno a negocios millonarios, partidos contra el equipo local para llenar un estadio, rutas por rincones exóticos o centros budistas.

Esta vez la visita a Tailandia para el equipo europeo tuvo un toque de valentía y otro tanto de romanticismo. El rival sería un combinado de reclusos de la prisión de Klong Prem en Bangkok. Una cárcel de máxima seguridad con capacidad para recluir a más de 20.000 delincuentes, algunos de los cuales cumplen su condena a cadena perpetua. Algunos imaginaban lo que les esperaba; otro no tenían ni idea de qué podían encontrarse ahí.

Una vez con los bolsillos vacíos, la plantilla del PSV comenzó el recorrido por la cárcel. Observaron las celdas con capacidad hasta para 30 delincuentes, la biblioteca, los centros recreativos y de ocio, así como las áreas exteriores. No era la primera vez que la prisión de Klong Prem tenía tan cerca de sus entrañas el futbol como personaje principal. La diversidad cultural que ahí se origina llevó en una ocasión a organizar la primera Copa Mundial entre rejas, donde tuvieron presencia las selecciones de Nigeria, Japón, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, Alemania y Tailandia.

Más tarde llegó el esperado encuentro. El primer partido lo ganaría el conjunto holandés por la mínima, mientras que en el segundo, el empate llevaría la alegría al equipo de presidiarios, compuesto por 14 integrantes. Al término del mismo, hubo tiempo para las fotos, las camisetas, los autógrados y la entrega de varios regalos por parte del club que dirige Dick Advocaat. Una experiencia única.