fútbol | balón de oro 2012

Del Bosque, mejor entrenador del mundo

"Todos los entrenadores estamos obligados a cuidar el fútbol, a defender el fútbol y a trasladar la mejor ética", ha destacado el seleccionador español al recoger el premio

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Del Bosque cumplió los pronósticos y se adjudicó al fin el galardón que le acredita como mejor técnico del planeta, por encima de dos personajes tan mediáticos como José Mourinho y Pep Guardiola. Sumó el 34,51% de los sufragios, frente al 20,49 del luso y solo un 12,91 del catalán, pero en parte vio reducido su protagonismo al revelar el exazulgrana su intención de regresar a los banquillos el curso próximo, tras disfrutar durante un año sabático de su legado en el Barça. No es el entrenador salmantino uno de esos tipos a los que agrada la pompa y el boato. Se cuidó mucho de pasearse por la lujosa sede de la FIFA en Zúrich sin quitarse la credencial, como si pensara que igual algún trabajador del máximo organismo del fútbol internacional no le reconocería y le cerraría el paso. El luso, más orgulloso, sabía que esta vez no se impondría en la votación final y decidió dar plantón a la gala con el pretexto de que debía quedarse en Madrid para ejercer de buen profesional y preparar el choque copero del miércoles ante el Celta.

Al frente de 'La Roja' desde 2008 y con más de 25 años de experiencia como entrenador, desde que debutó con el Castilla en 1987, Del Bosque fue reconocido por técnicos y capitanes de selecciones y un nutrido grupo de periodistas internacionales por ese título europeo conquistado el verano pasado en Kiev. Galardón que se suma al Mundial levantado dos años antes en Sudáfrica, lo que le convirtió en el segundo entrenador capaz de firmar ese doblete tras el alemán Helmut Schön. Su libro estaba anticuado hace diez años, según argumentó Florentino Pérez al no renovarle el contrato en el Madrid, pero Del Bosque puede presumir de ser el único poseedor de la 'triple corona': la 'Champions' de clubes, que levantó dos veces como entrenador, y los dos máximos trofeos de selecciones.

«Es un orgullo representar al fútbol español. Me querría acordar de todos los entrenadores que tuve en mi carrera e influyeron muchísimo para que yo fuera entrenador. Todos los que estamos en el fútbol queremos lo mismo, pero estamos obligados a defender el fútbol, mimarlo y cuidarlo y trasladar la mejor ética y conducta personal», comentó Del Bosque, que dedicó su premio a los jugadores de la selección y de forma implícita vino a reprochar el comportamiento de Mourinho ante la mirada sonriente, y emocionada, de Casillas y Sergio Ramos.

El marqués, título que le fue concedido en febrero de 2012 por el Rey Juan Carlos, ha dicho en repetidas ocasiones que sería un «incauto» sin pensara que estos premios individuales se deben solo a su valía. Recuerda siempre a sus inseparables Toni Grande, segundo seleccionador, y Javier Miñano, preparador físico de la selección, y entiende que los «verdaderos artífices son los jugadores». Sin Casillas, Iniesta, Xavi y compañía, concluye que nada sería posible. De todos modos, piensa que determinar quién es el mejor resulta una quimera.

Guardiola y la «falta de respeto»

Su proclamación quedó algo eclipsada por el anuncio de Guardiola, aunque el catalán no desveló su destino, cuando los rumores apuntan a Inglaterra y, en concreto, al Manchester City, donde su amigo íntimo Txiki Begiristain ejerce como director deportivo. «Todavía no sé dónde entrenaré. Aún no he tomado la decisión», aseguró cuando se le insistió sobre su destino. Sí se mostró rotundo, con gesto muy serio, fue cuando se le preguntó si se veía dirigiendo al Bayern de Múnich. «El Bayern tiene un entrenador que se llama Jupp Heynckes y sería una falta de respeto por mi parte hablar con un club que tiene actualmente un entrenador», afirmó.

Guardiola ha recibido ofertas de clubes ingleses, alemanes, italianos, rusos y franceses, e incluso de selecciones, entre ellas la brasileña, que se dirigió a él antes de contratar a Luiz Felipe Scolari. «Que un país con tantos mundiales como Brasil piense que les puedo dirigir es un honor, pero siempre he pensado que a la selección la debe dirigir un entrenador del país», apuntó el entrenador que cuando se despidió del Barça decidió trasladarse con su familia a Nueva York para tener «otro tipo de vida». «La vida que quería tener en este momento, aunque deseo volver a entrenar, porque soy joven. Tengo solo 41 años», recordó.

El extécnico azulgrana también se declaró «orgulloso» por la trayectoria del actual Barcelona, camino de convertirse en el mejor campeón de invierno de la historia de la Liga con Tito Vilanova: «Yo recogí un legado y lo mejor que pude dejar es que siguiera igual o mejor que cuando yo estaba».