el cumpleaños del monarca

El 'annus horribilis' del Rey

La implicación de Iñaki Urdangarin en el 'caso Nóos' deterioró de la imagen de la Familia Real

MADRID Actualizado: Guardar
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Para olvidar. Así han sido los últimos doce meses para la Casa Real. Aunque más correcto sería decir los últimos catorce meses, pues el 'annus horribilis' del Rey arrancaba en realidad en noviembre de 2011, cuando saltaba a los medios de comunicación la implicación del yerno del monarca, Iñaki Urdangarin, en el 'caso Nóos', una pieza separada del 'Palma Arena' que derivó en la imputación de varios delitos al duque de Palma: blanqueo de capitales, prevaricación, fraude, falsedad documental y malversación de caudales públicos.

Durante semanas, los españoles desayunaron con nuevas revelaciones sobre los tejemanejes del esposo de la infanta Cristina durante su etapa al frente del Instituto Nóos en compañía de su por entonces socio Diego Torres. Un escándalo que alcanzaba su clímax a finales de febrero de 2012, cuando Urdangarin comparecía en los juzgados de Palma de Mallorca para responder a las preguntas del magistrado José Castro.

El  caso motivó que el duque de Palma fuese apartado de los actos oficiales de la familia real. Su comportamiento fue reprobado por el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, y llevó a esta a hacer un ejercicio de transparencia sin precedentes, incluyendo la publicación de sus cuentas. El deterioro de la imagen de la Corona, que ya había quedado patente en el barómetro del CIS de octubre de 2011, se agudizaba, obligando a la institución a poner en marcha medidas destinadas a recuperar parte del terreno perdido.

Las disculpas de don Juan Carlos

Un esfuerzo que se vio dificultado por una cadena de incidentes que volvieron a poner en aprietos al Rey. A mediados de abril, don Juan Carlos se sometía a su cuarta operación en apenas dos años. En esta ocasión, el monarca hubo de entrar en el quirófano para ser intervenido de la fractura de la cadera derecha que se hizo a consecuencia de una caída sufrida mientras se encontraba en Botsuana cazando elefantes.

Del incidente no dio cuenta la Casa del Rey sino hasta que el monarca ya había sido tratado en el Hospital USP San José por el doctor Ángel Villamor. Tampoco se había informado del viaje de don Juan Carlos, al tratarse de una actividad privada, financiada por un empresario. Las críticas no se hicieron esperar. El coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, consideró que su majestad demostraba una clara "falta de ética" al ausentarse en momentos en que la economía española se encontraba en un estado de suma debilidad, con la primera de riesgo disparada, y las redes sociales hirvieron con comentarios en contra del monarca.

Este salía al paso el 18 de abril y, tras recibir el alta hospitalaria, pedía perdón a los españoles por lo ocurrido. "Estoy deseando retomar mis obligaciones. Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir", apuntaba en respuesta los periodistas que se encontraban en el centro médico en el que fue atendido. Un gesto sin precedentes que fue inmediatamente aplaudido por los principales partidos, PP y PSOE, y que le reconcilió con buena parte de los ciudadanos.

Por esas mismas fechas, el nieto mayor de los Reyes, Felipe Juan Froilán, también debía ser hospitalizado en la Clínica Quirón de Madrid tras dispararse accidentalmente en el pie con la escopeta que portaba mientras realizaba ejercicios de tiro en compañía de su padre, Jaime de Marichalar, en la finca familiar de Garrejo en Garay (Soria). El pequeño no tenía la edad mínima legal para usar armas.

Los embates de la crisis

Ante esta situación, el Rey redoblaba sus actividades tirando de su mejor recurso, su agenda de contactos internacionales, con el fin de contrarrestar la caída de la imagen de la marca España como consecuencia de los efectos de la crisis económica. Don Juan Carlos acumuló unos 70.000 kilómetros recorridos en viajes oficiales en apenas seis meses -incluyendo visitas a Latinoamérica, Rusia, Estados Unidos y la India-, lo que llevó a los médicos a recomendarle que bajase su intensa actividad para no deteriorar sus dañadas articulaciones. Algo que no impidió que ejerciera de anfitrión en la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada el pasado mes de noviembre en Cádiz. Días después, volvía a entrar en el Hospital Quirón San José de Madrid -en el "taller", como lo denominó él- para que le fuese implantada una prótesis en la cadera izquierda, desgastada por la artrosis.

Las secuelas de dichas operaciones podían apreciarse aún el pasado 24 de diciembre, cuando don Juan Carlos pronunciaba, por primera vez de pie y apoyado sobre su mesa de trabajo, su tradicional mensaje navideño, en el que reivindicó "la gran política" como vía para encarar la dura crisis económica. Lo hacía rodeado de fotos de la familia real -cuatro de ellas de los Príncipes de Asturias- con un ausente en las mismas, Iñaki Urdangarin, el principal protagonista del 'annus horribilis' del Rey que hoy cumple 75 años.