FÚTBOL | AMISTOSO

Cataluña se reivindica como un Estado ante Nigeria

La selección de Cruyff empata con la africana el día en que el holandés se despidió de los banquillos y Tito volvió al trabajo.

BARCELONA Actualizado: Guardar
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El tradicional partido que juega la selección catalana todas las Navidades y que este miércoles le enfrentó a Nigeria tuvo un marcado perfil nacionalista y reivindicativo. Eso sí, muy festivo y caracterizado por la ausencia de incidentes, a diferencia de otras citas similares del pasado, ya que ni siquiera se quemaron banderas españolas ni se encendieron bengalas, como ya empezaba a ser habitual. El Cataluña-Nigeria, que acabó en empate a uno (goles de Sergio González y Dike), fue el segundo acto reivindicativo del fútbol catalán, tras el que se vivió en el partido que jugaron el Barça y el Madrid en el campeonato liguero, aunque en esta ocasión hubo menos voltaje soberanista en la grada. El Cornellà-El Prat pinchó y no fue capaz de llenar todo su aforo, en parte por culpa, según los organizadores, de los colapsos de tráfico que se registraron en Barcelona durante toda la tarde. En cualquier caso, los que fueron (unos 27.000, sobre un total de 40.000) lo hicieron ataviados con esteladas y no pararon de entonar cantos a favor de la independencia.

El fútbol, por tanto, entendido una vez más como altavoz de las aspiraciones nacionales de Cataluña, en un contexto político que nace de la Diada nacional del 11 de septiembre, cuando millón y medio de personas salieron a la calle a reclamar un estado catalán, tuvo su continuidad en las elecciones de noviembre y tendrá su epílogo, si se celebra, en el referéndum sobre la autodeterminación de 2014. Artur Mas, que presidió el partido, reclamó estructuras de Estado para Cataluña y la selección nacional sería una de ellas. «Hoy en día, cualquier paso a favor de las selecciones catalanas cuesta Dios y ayuda. Sería más fácil el día que Cataluña tenga el reconocimiento de Estado como cualquier otro en el contexto europeo. Estamos en este camino», expresó Mas en el descanso del partido.

Encuentro reivindicativo y también con aroma de homenajes. El que le tributó la afición a Tito Vilanova, que regresó al trabajo, para dirigir el entrenamiento vespertino del Barcelona, trece días después de su intervención por segunda vez de un tumor en la glándula parótida. El técnico azulgrana no se dejó ver por el estadio 'perico', pero la afición se acordó de él como se pudo ver en algunas pancartas. Justo además, en el día en que Vilanova reapareció en público, no en Cornellà, sino bastante cerca de ahí, en Sant Joan Despí, donde el Barça tiene su ciudad deportiva y adonde acudió por la mañana a saludar a sus pupilos y por la tarde ya se puso al frente del equipo, durante la segunda sesión preparatoria del día. El gerundense se está recuperando antes de lo previsto y no se descarta que el domingo se siente en el Camp Nou en el derbi barcelonés. El técnico debe seguir durante seis semanas un tratamiento de radioterapia y quimioterapia pero desde el primer momento se dijo que intentaría compatibilizar de forma progresiva su proceso de recuperación y sus tareas profesionales.

Johan Cruyff, como Tito, también abandonó el banquillo azulgrana a mitad de temporada por culpa de una enfermedad (un infarto) y como Vilanova fue homenajeado en el Cataluña-Nigeria. Seleccionador catalán desde hace tres años, el padre del 'Dream Team' dirigió este miércoles su último partido en un banquillo. Autor intelectual del actual Barça, se despidió del fútbol con una alineación que hizo honor a su pasado: Kiko Casilla; Bartra, Piqué, Puyol, Capdevila; Víctor Sánchez, Xavi, Verdú, Sergio González; Bojan y Sergio García.