Rigau, durante la comparecenia de prensa tras el anuncio. / Efe
EDUCACIÓN

Wert y Rigau mantienen las distancias

El ministro y la consejera mantienen sus posturas divergentes sobre la reforma

MADRID Actualizado: Guardar
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Sin acuerdo y, lo más importante, sin visos de acercamiento. Así terminó el encuentro de este jueves entre el ministro de Educación, José Ignacio Wert, y la consejera de Educación catalana, Irene Rigau, para analizar la reforma educativa. Más allá de las buenas palabras y el «buen tono» en el que ambos afirmaron se produjo la reunión, las discrepancias se mantienen en todo: modelo lingüístico y reparto competencial para fijar los contenidos de las asignaturas y las reválidas. El único punto de coincidencia se produjo para apelar a más diálogo.

«Las posturas están distantes, no se ha producido una aproximación, pero hemos decidido seguir hablando», explicó el ministro Wert en su comparecencia. El titular de Educación reconoció que hay importantes diferencias en materias que el ministerio considera «nucleares» en la reforma como la interpretación que el Gobierno hace de las sentencias de Tribunal Constitucional y el Supremo sobre el derecho del castellano en las aulas o la fijación por parte del Estado de la totalidad de los contenidos de las asignaturas troncales (Lengua, Matemáticas, Ciencias e Inglés).

La reunión, que estaba prevista para este viernes y finalmente comenzó a las 19.30 horas de ayer supuso la vuelta de Cataluña a la mesa negociadora sobre la reforma educativa tras los últimos cruces de declaraciones y desplantes. Sin embargo, Wert destacó la voluntad de diálogo e insistió en que el anteproyecto de ley «sigue abierto» y, por tanto, sujeto a la posibilidad de sufrir cambios hasta que se convierta en ley. El siguiente paso es la conferencia sectorial del próximo 19 de diciembre.

También se mostró conciliadora -al menos en comparación con el tono de los últimos días- la consejera catalana. Irene Rigau, que compareció en la sede de la Generalitat en Madrid y no en el ministerio, reiteró su oposición a la reforma y destacó que no hay acercamiento. «Hemos dialogado, pero no negociado», señaló la consejera. «El cambio del modelo en cuestión de competencias, para nosotros es muy grave», explicó Rigau, quien dejó claro sus exigencias: «hemos dicho que retire todo aquello relacionado con la lengua».

Desencuentros

Este encuentro se produjo en un intento de acercar posturas y calmar los ánimos tras unas semanas de duros enfrentamientos entre la Generalitat y el Gobierno central que llegaron al extremo el pasado miércoles con el acuerdo de todos los partidos del Parlament -excepto PP y Ciutadans- de «no acatar» la normativa si no sufría un cambio sustancial.

Los problemas comenzaron cuando en la última conferencia sectorial Rigau se levantó de la mesa para protestar por lo que consideraba eran «ataques al catalán» recogidos en el nuevo borrador del anteproyecto de Ley de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce). El texto garantizaba que el castellano fuese lengua vehicular en la aulas para los alumnos que lo solicitasen.

Otra disposición que levantó ampollas en la Generalitat fue la posibilidad, contemplada en el texto, de que sea la administración autonómica quien tenga que costear la escolarización en un centro privado a los alumnos que soliciten el castellano como lengua vehicular siempre que no exista la oferta en un centro público. Pero el enfado no se limitó a los partidos nacionalistas o de la oposición.

También el PP catalán mostró su enfado por no ser consultado en la regulación de un tema tan delicado y que goza de un amplio consenso en Cataluña como la inmersión lingüística. El propio Wert se reunió con la líder del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, y tuvo que aceptar varias de sus propuestas que, en parte, modulaban el modelo lingüístico del borrador. Para empezar la eliminación de la denominación de «especialidad» para el catalán -y el resto de lenguas cooficiales- y su sustitución por otro término.

También se mostró partidaria de establecer una asignatura que estimule el conocimiento básico de las lenguas cooficiales en el resto del país para «trasladar el proyecto común de una España plural». Una asignatura, en cualquier caso, voluntaria y que fijarían las comunidades autónomas. El ministro no quiso referirse a estas propuestas en su comparecencia tras la reunión con la consejera. Habrá que esperar a la conferencia sectorial para ver si el borrador se suaviza en esos términos.