FÚTBOL

Villa, un año de lucha que no cesa

En el aniversario de su grave lesión, el delantero asturiano pelea por una titularidad que si no llega ante el Atlético tras la baja de Cesc podría conllevar movimientos en el mercado

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Este sábado se cumple un año de una imagen impactante que estremeció al fútbol español. La tibia izquierda de David Villa, el máximo goleador de la selección, se partió en dos en Yokohama (Japón) durante la semifinal del Mundial de Clubes que enfrentaba al Barça contra el Al Sadd. En el minuto 35 de aquel partido que ganó 4-0 el equipo azulgrana, el delantero asturiano dijo adiós a la Eurocopa que meses después conquistaría España. Curiosamente, le añoró más el Barça, que en el tramo final de la Liga y Liga de Campeones se despidió de las dos competiciones bajo una ‘Messidependencia’ alarmante. Faltó la aportación goleadora del ‘Guaje’, que, sin embargo, estaba siendo discutido entonces e incluso se había quedado en el banquillo en aquel clásico en el Bernabéu que ganó 1-3 el entonces equipo de Pep Guardiola.

Vale la pena recordar aquella situación porque doce meses después Villa se encuentra en el mismo punto. Reapareció en agosto, ocho meses después de su lesión, aprovechó sus minutos esporádicos con goles en las primeras semanas mientras adquiría ritmo físico y tono competitivo. Se entendió que se perdiera el clásico del Camp Nou (2-2) porque estaba en esa fase. «Tengo que tener un poco más de paciencia», admitió. Pero ahora, cuando ya está fuerte para competir 90 minutos, es suplente en los encuentros importantes. En las últimas semanas solo ha jugado los tres partidos de Copa ante Alaves (1/16) y Córdoba (ida de 1/8), además del intrascendente Barça-Benfica (0-0) que cerró la fase de grupos de la Liga de Campeones, rodeado de canteranos, incluso del filial. Él, a la suya, autor de cinco goles en la Liga, ha marcado tres en la Copa y en El Nuevo Arcángel regaló el 0-1 a Messi. Pero no jugó ni un minuto ante el Athletic o en el campo del Betis.

Su rostro no puede ocultar su decepción. Cuando no se airea su mala relación con Messi (no es para tanto, simplemente conectan menos que otros), Tito Vilanova tampoco le ayudó demasiado cuando dijo el otro día que “aunque movemos el sistema, Villa a veces no nos cabe”. Teniendo en cuenta que acaba de cumplir 31 años, el pasado 3 de diciembre, y que le queda año y medio de contrato, no es extraño que clubes como la Juventus sobrevuelen sobre su cabeza, para el próximo verano o incluso antes. Y el de Tuilla, que ya disfrutó del Barça en su primera temporada, ganando Liga y Liga de Campeones con golazo en la final de Wembley («el más importante de mi carrera», según admitió recientemente cuando superó la barrera de los 300 goles como profesional), está comenzando a plantearse su futuro. Como mínimo, está a la expectativa de lo que pueda pasar. No quiere perderse la Copa Confederaciones. Y mucho menos el Mundial 2014 de Brasil. Y aunque tiene la confianza absoluta de Vicente del Bosque, que sabe que sin los goles del Guaje el Mundial 2010 no se hubiera ganado, asume que necesita competir para asegurarse su presencia en las grandes citas.

En esta coyuntura, el encuentro del domingo ante el Atlético podría ser un momento clave para él. Es un partidazo que todo el mundo quiere jugar y se le ha abierto una puerta: Cesc Fàbregas es baja por lesión. La excusa para la suplencia de Villa era que Tito Vilanova había encontrado la fórmula ideal ubicando a Iniesta de falso extremo zurdo con los fijos Messi y Pedro para que la media fuese Busquets, Xavi y Cesc. Si este último, lo más lógico sería que Iniesta regresara al centro del campo y Villa entrara en el ataque. Pero no está tan claro. Tito valora mucho a sus dos adversarios: le encanta Alexis por su presión, pelea y movimientros, aunque con el balón no sepa muy bien lo que hacer, y cree en Thiago, que podría hacer de Cesc, con lo que Iniesta se mantendría de falso extremo. Si Villa no juega ante el Atlético nadie podrá criticar a Tito: tiene grandes jugadores y elige. Pero si tras el partido se habla de la marcha del ‘Guaje’ nadie podrá criticar al delantero. Es uno de los mejores futbolistas del mundo y necesita jugar para ser feliz.