«Pensé en lo peor»

Su encontronazo con Artur, portero del Benfica, hizo saltar todas las alarmas. El Camp Nou enmudeció y temió lo peor: perder por lesión a su jugador franquicia, el hombre llamado a aparecer en los anales del fútbol como el máximo goleador de la historia. Por suerte, todo fue un susto y, cerca de la medianoche, un breve comunicado médico de dos líneas acabó de disipar todas las incertidumbres. El barcelonismo se metió en la cama tranquilo. La lesión se quedaba en contusión ósea en la cara externa de la rodilla izquierda. Un fuerte golpe, muy doloroso, que le obligó a abandonar el partido en camilla y dejar a su equipo con 10, pero que podría no impedir su presencia en Sevilla el domingo en el duelo entre el Betis y el Barça.

Lo confirmó el propio Messi este jueves, en una rueda de prensa en Barcelona en la que trató de calmar a la hinchada azulgrana, que aguantó la respiración cuando el genio de Rosario se retorcía de dolor en el césped del Camp Nou, con las manos en la cara. «No sé si estaré el domingo. Depende de cómo evolucione. Me encuentro bien. Por suerte solo fue un golpe», dijo.

Quince horas después de sembrar de inquietud las gradas del Camp Nou, el argentino lucía una sonrisa de oreja a oreja, un rictus aliviado, pues tras chocar con el arquero luso, en el minuto 84, el daño que padeció fue tan intenso que su mente se situó en el escenario más negativo para un futbolista. «Cuando sentí el golpe pensé en lo peor por el dolor, en estar muchos meses fuera. Después de las pruebas y de descartar una lesión grave, me quedé mucho más tranquilo», señaló.

El partido ante los lisboetas era intrascendente para los azulgrana, pero eso no fue óbice para que ‘La Pulga’ diera nuevas muestras de que su ambición no conoce límites cuando salta a un terreno de juego. Y es que, después de colisionar con el portero y de sentir un gran dolor, continuó la jugada y aún pudo chutar y casi marcar. Afirmó que el récord de Müller no le obsesiona, pero arriesgó mucho en la fatídica acción con Artur, quizá porque vio que esa era la jugada que le podía dar la gloria: «Pensé que sería la última pelota que tocaría en mucho tiempo y quise jugármela».

Fue la típica acción que saca de sus casillas a los entrenadores, que por lo normal no son muy amigos de conceder oportunidades a los jugadores para su lucimiento personal. Tito Vilanova no convocó a sus mejores hombres (Valdés, Xavi, Iniesta y Cesc) y seguro que cuando Messi abandonaba el campo en la camilla debía de estar arrepintiéndose por haber dado media hora al argentino para que hiciera su golito y atrapara a Müller. «Hubiera podido pasar en un entrenamiento o en cualquier otro partido. Siempre que entras en un campo existe el riesgo», remató el de Rosario.

Leo Messi, que camina con normalidad y que incluso se desplazó a la ciudad deportiva del Barça conduciendo su coche, realizó este jueves un entrenamiento muy suave en el gimnasio, al margen del grupo. «Su evolución marcará la disponibilidad para los próximos partidos», decía el comunicado médico del club que despejó todos los temores sobre sus lesión. A la espera de cómo evolucione Messi, Tito podría contar casi con la plantilla al completo en el Benito Villamarín, ya que tres jugadores que estaban en la enfermería (Alexis, Alves y Bartra) trabajaron este jueves con normalidad con el resto del equipo, por lo que podrían recibir el alta en breve.

Messi defiende la lengua catalana

Primero fue el capitán, Carles Puyol, quien salió en tromba contra el borrador de la nueva ley de enseñanza que ultima el Gobierno. Luego fue el Barça, de forma oficial, quien hizo una encendida defensa de la inmersión lingüística. Más tarde, el entrenador y, por último, este jueves, fue la estrella del equipo, Leo Messi, quien terció en la polémica.

«Desde que llegué, he estudiado y crecido en catalán y no he tenido ningún problema. Hay que agregar y no quitar, y cuantos más idiomas se sepan, mejor», sentenció el crack argentino.