Artur Mas, en el momento de depositar su voto. / Toni Albir (Efe)
ANÁLISIS

Mas es menos

El resultado arrojado por las urnas le quita al líder de CiU fuerza para convocar el referéndum pero le va su futuro político y no va a aflojar

MADRID Actualizado: Guardar
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Supongo que Artur Mas se asomaría a la fecha del 25 de noviembre igual que Félix Baumgartner calculaba el viento antes de iniciar su famoso salto; ambos compartían ese carácter de 'saltonauta' pero a diferencia del segundo a Mas no se le ha abierto el paracaídas cuando lo tenía calculado. El paracaídas era la mayoría absoluta con la que pensaba hinchar el discurso como el pavo real hace con sus plumas aunque ha tenido suerte porque ha caído en blando y podrá seguir en el poder, tocado, humillado pero vivo. El resultado le quita fuerza para convocar el referéndum pero le va su futuro político y no va a aflojar. Mas es hoy menos líder, lo sabe, pero no tiene marcha atrás a pesar de haber perdido un 25% de sus diputados.

La subida de ERC es un respaldo a la autodeterminación catalana y un extraño compañero de viaje para CiU. Los posibles contrapesos al envite: PP y PSC no han funcionado del todo por motivos distintos. Sí lo ha hecho Ciutadans pero no con fuerza bastante, aunque el mérito de Albert Rivera está en haber creado una marca joven, emergente, de largo recorrido político.

El PSC tiene un problema de diseño profundo, no sólo no saben lo que son hoy si no que tienen serias dudas sobre qué quieren ser de mayores; pactar con CiU presupuesto sería una trampa anti-natura. Rubalcaba pensaba que la herida iba a ser más aparatosa y daba a Pere Navarro por amortizado pero los votos le salvan de la quema. Peor lo tiene el PP, incapaz de escalar posiciones y eso que aspiraba a ser la segunda fuerza política catalana, consolidar voto no era la idea. CiU le ha robado el discurso de centro-derecha al PP en Cataluña; es una derrota dulce pero escuece. Alicia Sánchez Camacho no logra romper el techo y no será porque en esta campaña no ha recibido apoyos, el propio Rajoy ha echado el resto en mítines en Cataluña. CiU le quita al PP por un lado y Ciutadans por otro.

El 'saltonauta' Mas cae de pie. Hasta el domingo estaba a merced de los vientos y del vértigo, ahora el problema se lo pasa al Gobierno central. Su propuesta moviliza, activa, crispa e inquieta en Cataluña por supuesto pero en Madrid también. Aunque sea venido a menos es un problema mayor empezando porque también lo es para sí mismo