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El Madrid se deja media Liga en Sevilla

Los de Mourinho fueron inferiores a un Betis soberbio en todas las facetas del juego. Beñat marcó el tanto de la victoria verdiblanca

SEVILLA Actualizado: Guardar
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El Real Madrid llegó tarde a la línea de salida de la Liga y cuando ya empezaba a coger el ritmo de los primeros se ha vuelto a desinflar. La ‘pájara’ en esta ocasión le ha venido de nuevo a orillas del Guadalquivir, donde le encontró la perdición mientras perseguía el rastro de Atlético y Barça. El Betis coloreó de verde hasta desmontarlo el débil entramado táctico madrileño, convertido en un equipo grisáceo.

Se presentaba el partido como la oportunidad de moderar ánimos para los dos equipos. Los béticos anhelaban una victoria para dejar de escuchar el runrún de la goleada ante el Sevilla en el derbi. Los ‘merengues’ querían apaciguar las tensiones generadas durante los noventa minutos en Manchester, arbitraje de Rocchi mediante. Sería su compañero de profesión español, Gil Manzano, debutante con el silbato para ambos clubes, quien mejor contribuyó a esa templanza al conformarse con el papel de secundario.

Nunca pudo Mourinho transmitir sus ideas a los hombres de campo. Sin tranquilidad llegó el tiempo de sufrir y estar perdido sobre el terreno de juego. Salió enrabietado el cuadro verdiblanco intentando congraciarse con una afición que le recordó vergüenzas pasadas. Frente a la intensidad de los locales, los madridistas apostaron por el toque, transformado en infructuoso cuando llegaba a las botas de un impaciente Cristiano.

El portugués compensaba su inquietud con arrancadas que dejaron en evidencia la falta de competición de Ángel. Similar actuación realizaba en campo contrario Juan Carlos ante Arbeloa, al que le costó toda la noche encontrar un momento de descanso. La falta de concentración defensiva de los madridistas se topó con el talento de Beñat al cuarto de hora. Combinación letal. Error de Di María, fragilidad de Khedira y el vasco apaciguó ánimos con su calidad.

Un Betis sólido atrás

Los movimientos del Real Madrid se tornaron vacíos de contenidos, ineficaces ante un gran posicionamiento de los andaluces. Özil, la gran apuesta de Mourinho para esta ocasión, ni tan siquiera parecía haber sido titular. De ahí que fuera sustituido por Modric nada más volver de los vestuarios. Lo mismo ocurrió con Khedira, a quien no se le perdonó su debilidad en el tanto rival. Kaká tuvo una enésima oportunidad entre los planes del técnico luso.

La entrada del croata ofreció el oxígeno que el alemán no supo, o no pudo, dar. El Betis se atrincheró durante la segunda mitad sabedor de la falta de ideas de su contrincante. La novedosa pareja de centrales bética, a consecuencia de las lesiones de los líderes, se encontraba cada vez más sosegada. Solo Cristiano y Benzemá parecían capaces de crear serio peligro, siempre y cuando no cayeran en los numerosos fueras de juego señalados. Pero contra esa dupla surgió Adrián para redimirse ante su gente de errores pasados.

A la contra los heliopolitanos grababan pesadillas en un Casillas que miraba como un zorro al gallinero a sus compañeros. El portero se convertía en el tercer jugador con más partidos en la historia de la entidad y no pudo vivir peor fecha para celebrarlo. A falta de diez minutos para el final, Pepe Mel mandó a los suyos salir del atrincheramiento, pero el físico en un choque de correcalles era un hándicap.

Entre los momentos de locura de los minutos finales, hubo oportunidad para que los locales se fundieran con su afición. Redención para unos y purgatorio para los visitantes. Y mientras, ‘Mou’ y Karanka en el banquillo decidiendo quién explicaría aquello ante la opinión pública.