Fútbol | Primera división

Un paseo por Palma

El Madrid completó un rondo ante un equipo de Caparrós que se hundió tras regalar el primer gol y ya suma cuatro derrotas consecutivas

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El Madrid no quiso ser menos que el Barça en Vallecas y también completó una ‘manita’ lejos de casa para mantener la diferencia y olvidar el golpe de Dortmund. Logró el triunfo más cómodo de la era Mourinho en Mallorca y disfrutó de un plácido paseo por la isla balear de la que tampoco conviene extraer grandes consecuencias. Supo aprovechar los regalos de un adversario sin el alma de Caparrós y brilló a favor de corriente con un sobresaliente Modric y el acierto de sus artilleros. El único pero, la retirada de Xabi Alonso con problemas musculares.

Nadie se había creído el vacile de ‘Mou’ sobre el estreno de Higuaín como lateral izquierdo. Pero era inevitable que hubiera cierto interés por la alineación del Real Madrid y recuerdos de ese Eto’o que con el Inter jugó como defensa tras la expulsión de Motta y eliminó al Barça en semifinales de la ‘Champions’. El técnico luso insistió en Essien en ese costado, emparejó a Modric con Xabi Alonso para reemplazar a Khedira y, como suele ocurrir en Liga, eligió a Higuaín en lugar de Benzema. Una vez más el ‘Pipa’ se reivindicó como un delantero de primera fila, ya que marcó dos goles y participó en los otros dos de Cristiano. Las comparaciones son odiosas pero el argentino ya suma seis dianas en esta Liga por solo una del francés en 360 minutos.

Caparrós había preparado con mimo el partido y ordenó a sus jugadores que buscaran profundizar por el flanco menos fiable del Madrid, ya que por la derecha Ramos se sobraba incluso con algunas molestias en la espalda. Con Ximo e Nsue, confiaba el técnico sevillano en poder percutir y dejar en evidencia a Essien, muy sonriente toda la noche. Como si al ghanés todavía le hiciera gracia la broma de Mourinho en la previa.

De tiralíneas

Como el fútbol es de los jugadores, mucho más que de los técnicos, un par de errores individuales cercenaron las esperanzas de los bermellones y echaron por tierra el planteamiento de Caparrós. En sus dos primeras aproximaciones, el Madrid selló el triunfo y durmió el partido. Anderson, un central brasileño vulgar, asistió a Higuaín en un exceso de confianza y el ‘Pipita’ descerrajó la portería de fuerte derechazo. Para ser lateral zurdo, definió como un gran ariete. Lo celebró con rabia y se golpeó junto al escudo.

El segundo gol vino precedido de otro craso error defensivo pero en una jugada mucho más elaborada. Excelente presión, pérdida del balón de Fontás en la salida y acción de tiralíneas entre Özil, Di María, Higuaín y Cristiano, que anotó de tiro raso y cruzado con la derecha. Octavo partido seguido marcando de Cristiano, quien mantiene su pulso anotador con Messi y Falcao.

Se gustaba el astro portugués en una isla de la que guarda gratos recuerdos, ya que en Mallorca anotó su primer ‘hat trick’ como madridista. Utilizó alguno de sus múltiples recursos para el toque y el regate, y recibió un pequeño recado de Ximo. Exageró Cristiano el grito y la caída, y se ganó la bronca del respetable. Mientras, el Madrid dominaba la situación a su antojo, sin pisar el acelerador. Modric, feliz sin que le encimen, distribuyó con más tino y continuidad que en anteriores partidos, y a Mourinho se le veía con frío pero muy tranquilo en su área técnica. Muchos más nervios en Caparrós, con constantes lamentos por la falta de contundencia y arrojo de sus pupilos.

Al duelo le faltó chicha porque careció de emoción. El Madrid ganaba fácil y no se veía exigido por un Mallorca con apariencia de firmar una derrota digna, de esas que no dejan secuelas y que al final se produjo por inercia y porque el campeón dispone de bestias en ataque. Estaban más preocupados los baleares por evitar los contragolpes del rival que por acortar distancias y meterse en el partido durante la segunda mitad.

Higuaín puso el despertador al anotar el tercero tras un gran pase de Cristiano. Le devolvió la asistencia tres minutos después en una combinación excelsa y al primer toque. La noche estaba para el lucimiento blanco y los experimentos finales de Mourinho, que dio minutos a Morata en lugar de un cansado Higuaín y recurrió a Albiol como mediocentro cuando Xabi Alonso pidió el cambio por una molestia muscular. Ya avisó ‘Mou’ de que podrían caer más hombres víctima que permanecieron un par de semanas con las selecciones de sus países. Callejón entró para rubricar la goleada.