caso Société Général

Kerviel, condenado a cinco años y al pago de 4.900 millones

La Justicia francesa ha obligado al exbróker a restituir a la entidad financiera el importe equivalente al quebranto sufrido

PARÍS Actualizado: Guardar
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El Tribunal de Apelación de París ha confirmado la decisión del Tribunal de Primera Instancia de condenar al exoperador del banco francés Société Générale Jerome Kerviel a cinco años de prisión, de los que sólo deberá cumplir tres, y a reembolsar las pérdidas de 4.900 millones de euros provocadas a la entidad.

Según recoge la prensa francesa, el Tribunal de Apelación finalmente no ha aceptado la petición realizada durante la vista celebrada el pasado mes de junio por la acusación, quien reclamó que Kerviel cumpla íntegramente los cinco años de prisión a los que fue condenado.

Por su parte, el abogado del exbroker ha mostrado su voluntad de seguir apoyando a su cliente y ha informado de que empezará a trabajar con él para estudiar la posibilidad de presentar un recurso de casación.

Hace alrededor de dos años, Kerviel fue declarado culpable de abuso de confianza, falsificación y tráfico ilícito de datos informáticos, los tres delitos de los que era acusado, por lo que fue condenado a cinco años de prisión, así como a reembolsar a la entidad las multimillonarias pérdidas causadas.

En la lectura del auto, el juez Dominique Pauthe afirmó entonces que las evidencias aportadas por la defensa "no absuelven a Kerviel de la obligación de cumplir las normas", y señaló que el ex broker "excedió el ámbito de sus obligaciones mediante la adopción de posiciones especulativas sin el conocimiento del banco, y en proporciones gigantescas".

Un desfalco de 4.900 millones

En enero de 2008, Société Général desveló que las posiciones adoptadas sin autorización por Kerviel, que comenzó a trabajar en el banco en el año 2000 y mantuvo una trayectoria profesional irreprochable hasta entonces, habían provocado a la entidad pérdidas de unos 4.900 millones de dólares.

Kerviel trabajaba en la sección dedicada a gestionar las operaciones de mercados y su misión durante cinco años fue, curiosamente, detectar procedimientos sospechosos. Después, pasó a formar parte de los actores directos de corretaje, aunque tampoco era uno de los corredores de bolsa "estrella" de la entidad. En 2006 empezó a montar una actividad paralela y a enmascararla compensando ganancias con pérdidas y viceversa. Las operaciones se anulaban y, por tanto, no aparecían en las cuentas del banco.