Plebiscito a Bielsa

El proyecto del Athletic más ilusionante de los últimos años ha entrado en una espiral de autodestrucción que pocos imaginaban en Bilbao. Lejos queda ya aquel Athletic con personalidad y hambre de éxito. Aquel que ilusionó a una ciudad. Ese equipo que coleccionaba elogios por toda Europa y podía ganar a cualquiera. Los de de Marcelo Bielsa no enamoran. Deambulan por el viejo continente y se arrastran por la Liga española. Hace tiempo que el problema no es el desencuentro entre el ‘Loco’ y Llorente. El problema es de actitud, de fútbol y de resultados. En Ibaigane siguen en caída libre.

El técnico argentino está en el alambre y el domingo vivirá su primer plebiscito ante Osasuna, rival al que debe de ganar sí o sí para salir de la depresión en la que están inmersos los ‘leones’. Bielsa podría tener las horas contadas en el ‘botxo’ si el resultado frente a los navarros no es favorable. San Mamés dictará sentencia. Un día se alía con el entrenador y al otro con los jugadores, pero el volumen con el que los aficionados cantaban ‘A lo loco se vive mejor’ ha bajado muchos decibelios. Los puntos no pueden caer por suerte divina.

Por mucho que Bielsa se empeñe en cambiar el entusiasmo y las ganas de luchar del bloque, parece que ya nadie le apoya. Los rojiblancos se desangraron en Praga, lugar al que acudieron con la intención de alejar los males que les aquejan últimamente. Y la herida esta vez quizá sea irreversible. Ya no salen al campo con intensidad ni dominan el esférico como hace tan solo unos meses, cuando jugaron las finales de la Copa del Rey y de la Liga Europa. Aquella histórica cita en Bucarest que supuso el principio del fin de aquel espléndido equipo ahora irreconocible. No es que Bielsa sea el culpable de la situación, pero tampoco es la solución a los problemas que existen en el club.

El club de los líos

Esta campaña empezó mal ya desde el lío de las obras en Lezama, agresión incluida de Bielsa al jefe de obra de Lezama. El club desautorizó al argentino, y durante unas tensas jornadas pareció que sus caminos iban a separarse. Luego, Llorente decidió que quería irse pero no pudo. El riojano no renovó su contrato con la entidad bilbaína y Josu Urrutia, presidente del Athletic, remitió a su cláusula de rescisión: 36 millones de euros. Ninguno de los clubes interesados en él llegó a esa cantidad. Se habló de Tottenham, Liverpool, Manchester City, Inter de Milán o Juventus. El próximo año quedará libre y podrá irse a cualquier equipo sin dejar ni un solo euro en Bilbao.

En medio del ‘caso Llorente’ Javi Martínez se marchó al Bayern de Múnich previo pago de su cláusula con el rocambolesco episodio del salto de valla en Lezama por parte del jugador para recoger las últimas pertenencias que tenía en la taquilla. La filtración de las charlas de Bielsa en el vestuario tras perder las dos finales de la temporada pasada y la derrota el jueves en Praga, quinta de la temporada, han sido las últimas gotas que pueden haber colmado el vaso de la paciencia en Bilbao. El Athletic se ha convertido en el club de los líos. Una pesadilla para sus aficionados.