Rubalcaba avisa a Mas de que tendrá al PSOE enfrente si intenta romper con España

Alfredo Pérez Rubalcaba ha aprovechado este domingo su primera visita a Barcelona desde la gran manifestación independentista de la Diada para advertir a Artur Mas de que el PSOE está abierto al diálogo siempre y cuando lo que se pretenda sea "dialogar para convivir". "Pero si lo que quiere es romper, con acuerdo amistoso o no -ha matizado- nos tendrá enfrente".

El líder de los socialistas, que por segundo año ha participado en la Fiesta de la Rosa que desde hace casi veinte años celebra el PSC en el pinar de Gavà, también se ha dirigido a Mariano Rajoy y le ha avisado de que la tensión generada en Cataluña es uno de esos "problemas que el tiempo no resuelve". "Si quiere respetar a Cataluña con sus singularidades, nos tendrá a su lado -ha dicho- si no, nos tendrá enfrente".

El PSOE cree que no hay margen ni para la secesión ni para el 'pacto fiscal' que defiende el presidente de la 'Generalitat' pero busca diferenciar su discurso en un momento en el que CiU ha logrado arrinconarle y situarle en una posición que dista poco de la del PP. Rubalcaba, sin embargo, ha eludido pronunciar la palabra "federalismo" a la que se acogen sus correligionarios del PSC. Simplemente, ha defendido que los socialistas dieron a Cataluña "el mejor" sistema financiero que ha tenido hasta ahora, y que ahora hay que revisar porque tenía fecha de caducidad. Ya ha reivindicado el 'Estatut' al tiempo que ha recordado que el recurso del Tribunal Constitucional correspondió al PP.

"Quiero decir a los ciudadanos que se sienten independientes que respeto su sentimiento pero a los que no se sienten así y creen que la independencia es el camino más rápido para salir de la crisis les digo que no es así, que Cataluña saldrá de la crisis con España o no saldrá", ha afirmado

Rubalcaba ha coincidido en este acto con su antigua rival Carme Chacón, con la que hace un año, en víspera de la campaña electoral del 20-N compartió escenario:él como candidato socialista a la presidencia del Gobierno y ella como cabeza de lista por Barcelona. Esta vez, la política catalana se ha mantenido en un segundo plano y ni siquiera se les ha visto cruzar un mínimo saludo.