ATLETISMO

Natalia Rodríguez y Arturo Casado, llegar con hambre

La tarraconense se proclama campeona de España de 1.500 y el madrileño reaparece en la elite

PAMPLONA Actualizado: Guardar
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Es un campeonato raro, como a destiempo. Ahí ha caído, al final de agosto, con el pescado vendido. Muchas estrellas han desertado. Otras han optado por experimentar, por alistarse a pruebas poco sobadas. Como Concha Montaner, la dueña de la longitud en España, que aprovechó la escasez de velocistas para llevarse una medalla de oro en los 100. O Kevin López, que avanzó en los 400. O Isabel Macías, subcampeona de España de 1.500, un día antes de intentarlo también en 800, que sucumbió ante ese cambio que te cruje de Natalia Rodríguez, una de las pocas atletas que llega con hambre al postre de la temporada.

Lo de Natalia, minúscula en Londres, es casi un regreso después de una temporada esclavizada por las lesiones. Aunque una reaparición en toda regla es la de Arturo Casado, dos años de atletismo por la tele, en un juego cruel en el que una lesión se curaba para que apareciera otra. Y otra. Y otra. Cuatro en dos años. Insoportable. Salvo para los estoicos, los que escarban en el atletismo por algo más que llegar antes que otro. Y Casado es de los que más han profundizado en su deporte, buscando sus raíces, su esencia.

Así que no podía rendirse. Por eso volvió a un Campeonato de España y se clasificó para la final de los 1.500 junto a los olímpicos: Álvaro Rodríguez, Diego Ruiz y David Bustos. Dando guerra, con un porte digno de alguien de su ralea, de un campeón de Europa. Quiere ganar. Las semifinales sirvieron para volver a sentirse atleta. Ahora el instinto le empuja a intentarlo. "A estas alturas de mi carrera no temo a nadie", amenaza.

En el campeonato de los pies cambiados, el maratoniano Chema Martínez regresó a sus tiempos de 'pistero'. Se resiste a la ley del tiempo. Un cuarentón insurrecto. Pero parece enfrascado en una pelea en la que está condenado a perder. Si perder es retirarse con todo lo que ha ganado el madrileño. Chema concluyó quinto en unos 5.000 que premiaron a otro maratoniano, Lolo Penas.

Los viejos rockeros siguen punteando la guitarra. La de Ángel David Rodríguez espera sonar dos veces en Pamplona. Los 100 ya son suyos (10.35). Le quedan los 200, que también deberían serlo. Se lee rápido, pero no es sencillo. Aunque el 'pájaro' se sabe la música. Tres veces ha logrado este doble triunfo. Nadie ha llegado a una cuarta.

No son unos campeonatos lustrosos por llegar a deshora. Pero sirven para alimentar el currículo de algunos ilustres del atletismo español. Es el caso de Javier Bermejo, con 17 títulos de campeón de España, en su dualidad 'indoor/outdoor'. O Berta Castells, hasta once veces oro con la ayuda del martillo.