Brad Pitt y Angelina Jolie en 'Sr. y Sra. Smith'. / Archivo
hollywood

Pasión en el plató

La meca del cine siempre ha sido un lugar abonado a los 'affaires' sentimentales

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Encarnan los anhelos de quienes contemplan atónitos su derroche de glamour y talento. Parecen seres llegados de otro planeta pero las estrellas del cine cometen los mismos deslices que el ciudadano de a pie, con la diferencia de que los suyos acaban dando la vuelta al globo y provocando auténticas conmociones entre los fans.

Kristen Stewart ha sido la última en mantener un 'affaire' gestado en pleno set de rodaje. Se colocó a las órdenes de Rupert Sanders en 'Blancanieves y la leyenda del cazador' y acabó poniéndole los cuernos con el director a su vampiro Robert Pattinson. Los paparazzi les pillaron 'in fraganti' y sus arrumacos terminaron en la portada de la revista 'Us Weekly'. Desde entonces, las redes sociales echan humo, con encendidos debates sobre lo ocurrido mantenidos a la par que los protagonistas de la noticia pedían perdón a sus respectivas parejas a través de sendos comunicados.

Stewart, que hace apenas un par de meses paseaba por Cannes del brazo de Pattinson mientras promocionaba 'En el camino', la adaptación de la novela homónima de Jack Kerouac que dirige Walter Salles y en la que da vida a la seductora Marylou, forma parte del club de las estrellas cinematográficas que no han podido resistirse a los encantos de sus compañeros, una suerte de 'hermandad' que no cesa de acoger a nuevos miembros.

Los adúlteros y sus víctimas

En ocasiones, la pasión acaba provocando la ruptura de matrimonios. Así ocurrió cuando Angelina Jolie y Brad Pitt cruzaron sus miradas en 'Sr. y Sra. Smith', una cinta de Doug Liman en la que la estabilidad de la pareja que conformaban sus personajes se veía puesta a prueba por el encargo más delicado que podía depararles sus quehaceres profesionales. Claro que la que acabó consumida por el fuego desatado entre ambos intérpretes fue Jennifer Aniston, la por entonces esposa del protagonista de 'Moneyball', que acabó buscando refugio, sorpresa, en los brazos de su compañero de andanzas en 'Separados', Vince Vaughn.

Una película le dio también la puntilla al matrimonio de Meg Ryan con Dennis Quaid. Se habían casado el día de San Valentín de 1991 y un año más tarde incorporaban al pequeño Jack Henry a la familia. Pero Russell Crowe conquistó el corazón de la actriz mientras rodaban 'Prueba de vida' a las órdenes de Taylor Hackford y poco después la protagonista de 'Algo para recordar' y el intérprete de 'El día de mañana' solicitaban el divorcio.

De esto último sabía mucho la añorada Elizabeth Taylor, cuyos ojos violeta hechizaron a hombres de diversas generaciones y cuyo magnetismo no desmerecía en nada al de uno de sus personajes más emblemáticos, Cleopatra. Uno de los que cayeron bajo su influjo fue el cantante Eddie Fisher, quien decidió abandonar a su por entonces esposa, Debbie Reynolds, para casarse con la mujer que le había hecho perder el sentido. El escándalo fue mayúsculo y a Liz Taylor le colgaron el sambenito de 'roba-maridos'. Volvió a repetir acción con Richard Burton, cuya relación con Sybil Williams quedaría rota a raíz del idilio iniciado en pleno rodaje de la cinta sobre la última reina del Antiguo Egipto.

También en el plató comenzó a romperse el matrimonio entre Humphrey Bogart y Mayo Methot. Corría el año 1944 cuando el protagonista de 'Cayo Largo' fue reclutado por Howard Hawks para el rodaje de 'Tener y no tener'. A su lado, una jovencísima Lauren Bacall de la que ya nunca más se separaría. En 1945 la convertía en su cuarta esposa, todas ellas actrices.

La 'partenaire' de Bogart en 'Casablanca', Ingrid Bergman, también cedió a los impulsos de su corazón cuando se puso a las órdenes de Roberto Rossellini en 'Stromboli'. Casada por aquel entonces con Peter Lindström, la actriz provocó la indignación de los sectores más conservadores de Hollywood cuando se supo que había quedado embarazada a consecuencia de la relación iniciada con Rossellini y hubo de refugiarse en Italia. Rossellini abandonó a su mujer y se casó con la intérprete sueca, de la que acabaría separándose en 1957.

Al igual que Bergman, Loretta Young quedó embarazada de un hombre casado, en su caso de Clark Gable, con el que había comenzado una aventura mientras ambos rodaban 'La llamada de la selva'. La niña nacida fruto de aquella relación nunca sería reconocida por el protagonista de 'Lo que el viento se llevó' y acabaría tomando el apellido del segundo marido de Young, el productor Tom Lewis.

Precisamente con Loretta Young había mantenido un romance otra leyenda de Hollywood, Spencer Tracy. El actor, que se había casado a comienzos de los años veinte con Louise Treadwell, nunca cedió a la tentación del divorcio pero no pudo evitar serle infiel a su esposa y si bien su relación con Young fue corta, otro cantar ocurrió con la mantenida con Katharine Hepburn, junto a la que protagonizaría títulos memorables como 'La impetuosa' o 'Adivina quién viene esta noche'.

Las de Steve McQueen y Ali MacGraw o Natalie Wood y Warren Beatty son otros buenos ejemplos de relaciones iniciadas en el plató que acabaron provocando rupturas de los implicados con sus anteriores parejas. Solo el tiempo dirá si el 'affaire' de Kristen Stewart y Rupert Sanders tiene el mismo resultado.