El duque de Palma, durante un viaje a España el pasado mes de enero./ Archivo
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El vuelo de camuflaje de Iñaki Urdangarin

El duque ha aterrizado en Bilbao pasadas las once de la mañana procedente de Múnich para visitar a su padre, muy enfermo

VALENCIA Actualizado: Guardar
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Iñaki Urdangarin se ha convertido esta mañana en la gran atracción de un vuelo entre Múnich y Bilbao, que tomó tierra en el aeropuerto vizcaíno a las 11.15 horas. La popularidad del duque de Palma, acentuada por sus cuentas pendientes con la justicia, hace imposible que pase inadvertido, por mucho esfuerzo que dedique a conseguirlo.

Urdangarin trató por todos los medios de no cruzar miradas con el resto del pasaje, siempre pendiente de su smartphone. Previamente había sido el último en pasar bajo el arco de seguridad, lo que le garantizó no tener que hacer cola para subir la escalerilla del avión. Durante el vuelo el yerno del Rey, visiblemente cansado y con una bolsa con juguetes como equipaje de mano, no tardó en caer dormido, lo que hace pensar que probablemente venía desde Estados Unidos y pudo escoger la ruta Múnich-Bilbao para evitar la siempre mediática escala en Madrid. Hay que recordar que Juan Urdangarin, padre del duque, reside en Vitoria y está muy enfermo, por lo que su hijo ya se ha desplazado hasta allí en otras ocasiones.

Tras aterrizar en Sondica, repetición del ritual. Urdangarin fue el último en descender del avión y posteriormente en subir al autobús que lo acercó a la terminal de pasajeros, lo que le garantizó un discreto sitio junto a la puerta. No necesitó camuflarse más, ya que una furgoneta de Aena le esperaba para alejarlo de la multitud.