«Los recortes son el camino más corto para atajar la crisis»

Montoro dedicó buena parte de la hora que tardó en presentar ante el Congreso el proyecto de Presupuestos del Gobierno para 2012 a reclamar la comprensión de los españoles para los duros recortes que contienen las cuentas, porque según aseguró no hay otro remedio y son “el camino más corto para atajar la crisis”.

El ministro de Hacienda, que esta tarde deberá enfrentarse al rechazo en bloque al proyecto de toda la oposición, aseguró que, por “difícil” que sea, “no se puede dudar” sobre la necesidad de reducir el déficit público al 5,3% si España quiere recuperar la confianza internacional y de los inversores que perdió por la “errónea” política económica del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que llevó al país a la mala situación actual.

Montoro avisó de que el cumplimiento del objetivo de déficit es “irrenunciable”, porque no existe alternativa a su política económica, y que el Gobierno se va a encargar de garantizar que las comunidades autónomas y los ayuntamientos, que son quienes “mayores dudas” generan en el exterior, cumplan también con su parte.

No ocultó que tanto este año como el próximo obligarán a los ciudadanos y a las administraciones públicas a enormes sacrificios, pero indicó que el Gobierno “sabe bien lo que hace” y que la recompensa a medio plazo será haber garantizado la viabilidad del estado de bienestar, la recuperación de la confianza internacional, y volver a situar a España como “líder” en Europa en crecimiento y creación de empleo. “España es capaz de darle la vuelta”, señaló.

El ministro comentó que estos, en realidad, no son los Presupuestos del PP sino los que tenía que haber hecho Zapatero, quien cree que “adelantó las elecciones para no tener que hacerlos”. Montoro, consciente de que toda la oposición le echará en cara esta tarde los incumplimientos electorales de Mariano Rajoy, volvió a recurrir a la justificación de la “herencia recibida” para explicar unas cuentas “nada amables”, que dijo marcadas por “el engaño muy grave” de los socialistas, que aseguraron que el déficit acabaría 2011 en el 6% cuando lo hizo en el 8,5%.

En su opinión, este “engaño” –palabra que repitió al menos media docena de veces- no solo hipotecó y estranguló las finanzas públicas sino que “perjudicó la imagen y la credibilidad de España”, que es la razón de los actuales problemas de financiación y la “clave” de la crisis.