Anduva busca un hueco en la geografía

Nunca ha estado en Primera ni en Segunda. Su palmarés se reduce a cuatro ligas de Tercera y un subcampeonato de Segunda B. Pero ahí está, cerca de los cuartos de final de la Copa del Rey. Es el Club Deportivo Mirandés. No juega para 80.000 personas. Ni tan siquiera llega a los 4.000 socios. Poco importa. La victoria del martes ante el Racing de Santander compensa sueños frustrados.

La peor pesadilla fue la temporada pasada, cuando se quedó a un gol del ascenso a Segunda por vez primera en su historia. Desde 1927, año de fundación, llevaban en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro pensando lo que era estar, al menos, en el fútbol de plata. Pero este deporte le dio la espalda de la manera más cruel que conoce. Con un penalti en el minuto 86, el Guadalajara se convirtió en dueño de la plaza. El Mirandés debía seguir mirando esa categoría desde abajo.

Para cualquier otro club, aquel tanto desde el punto fatídico hubiera sido sinónimo de fracaso. Nada más lejos de la realidad. El Mirandés lleva 17 partidos de Liga invicto. Hasta su guardameta, Adrián Murcia, alcanzó los 833 minutos imbatido. Ha vuelto a los octavos de una Copa por segunda vez, después que en la campaña 2004-05 le eliminara el Betis, futuro campeón del torneo. Eliminó en la anterior ronda al Villarreal, convirtiéndose aquello en su propia 'Champions'.

Los 'jabatos', como son conocidos sus seguidores, viven tiempos nunca esperados. En su estadio de toda la vida, Anduva, comienzan a escucharse en voz alto lo que muchos nunca imaginaron. ¿Y si la Copa fuera posible? Es la pregunta más repetida. El cuadro es el más idóneo. No tienen a los rivales fuertes, algo malo porque no podrán hacer buena taquilla, pero también positivo. Podrán concentrarse en llegar, por qué no, a una final. Suena a locura, y el más 'loco', su capitán Iván Agustín, cree que hasta los humildes tienen derecho a soñar.

Siempre con humildad, con el famoso y tópico «paso a paso», aunque sin restar importancia a sus logros. Los cuartos están a la vuelta de la esquina. La autopista hacia el cielo continúa, con previo peaje en El Sardinero. Allí saltarán al césped jugadores que viven su segunda juventud. Caneda, Raúl García, Aitor Blanco, Pablo Infante... todos sobrepasan la treintena. La mejor edad para un 'segunda B' y, quién sabe, también para levantar un título copero de verdad. Es el momento de que el trofeo 'Pacopin' que hay en las vitrinas tenga un hermano mayor al que admirar.