Nuevo mapa político

Pío, un arquitecto de la política

El nuevo presidente del Senado ha prestado más de 24 años de servicio a su partido

MADRID Actualizado: Guardar
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Hasta ahora portavoz del Grupo Popular en el Senado, no se puede decir que la elección de Pío García-Escudero Márquez para presidir el Senado haya sido, precisamente, una sorpresa. Su nombre ya sonaba como uno de los futuribles de Rajoy a lo largo de los últimos días. Su elección es el reconocimiento a un madrileño que lleva ya 24 años de servicio prestados al Partido Popular.

Portavoz del grupo parlamentario en los últimos ocho años, sucederá a Javier Rojo al frente de una institución a la que está profundamente ligado y en la que tiene un escaño desde 1995. Es más, puede presumir de ser el senador más votado en España en toda la historia de la democracia. Lo consiguió en 2008, con casi 1,7 millones de sufragios, una cifra no superada en los comicios del mes pasado.

La portavocía del PP en el Senado le ha situado en estos últimos años como el antagonista del presidente del Gobierno en los plenos del control. José Luis Rodríguez Zapatero ha acudido a la Cámara Alta una vez al mes para someterse a tres preguntas de otros tantos partidos de la oposición. Sus enfrentamientos con Pío García-Escudero han sido bastante duros en algunos momentos y respecto a algunos asuntos, como ETA o la crisis económica.

Nacido en 1952, este arquitecto de formación se introdujo en las aguas de la política en 1987 de la mano de un compañero de pupitre en el madrileño colegio del Pilar que, décadas después, se convirtió en el primer presidente del Gobierno del Partido Popular. José María Aznar le apadrinó primero en Castilla y León, donde fue director general de Patrimonio, y después en Madrid, donde lo ha sido casi todo: diputado autonómico, concejal de urbanismo, teniente de alcalde, senador por designación autonómica primero y por elección más tarde, presidente del PP madrileño, coordinador de la campaña nacional de su partido en elecciones municipales...

Muy próximo a Rajoy

Dentro del partido, en el que es un hombre muy próximo a Mariano Rajoy desde hace años, ha sido responsable de Organización y presidente de la comisión encargada de organizar el XIII Congreso Nacional, el de 1998. Ha sido presidente del PP de Madrid, del que es además presidente de honor, hasta que abandonó el cargo en 2004 para ser sucedido por la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre.

Antes de dedicarse de lleno a la vida parlamentaria y política, García-Escudero fue arquitecto de la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura desde 1979 hasta 1980, director general del Patrimonio y Promoción Cultural de la Junta de Castilla y León desde 1987 hasta 1990 y director de Rehabilitación del casco antiguo del Ayuntamiento de Madrid desde ese año hasta 1993.

Quizá lo menos conocido de García Escudero es su título nobiliario, ya que es también IV Conde de Badarán, título que el rey Alfonso XIII creó expresamente en 1926 para su bisabuelo, subgobernador del Banco de España y que ejerció temporalmente de máximo responsable de esa institución.

Si tiene que elegir una pasión, no duda: los toros. Enamorado de esta fiesta, ha dado la batalla contra la decisión de prohibirla en Cataluña. Con ese objetivo ha defendido iniciativas para que se declarara bien de interés cultural y en las que ha llegado a asegurar que, si él fuera toro, preferiría morir en la plaza después de haber luchado durante veinte minutos.

Casado y padre de dos hijos, amante de la música de la década de los ochenta y buen jugador de mus -eso dice él como asegura de sí mismo todo aficionado que se precie- ha dejado su sello de arquitecto en la rehabilitación de la Plaza Mayor de Salamanca, de la fachada plateresca de la Universidad salmantina y de la madrileña Puerta de Alcalá. Como todos los que le han precedido, llegará con el objetivo de otra reforma, la del propio Senado. Empieza esa faena. Nadie, hasta ahora, ha podido rematarla.