Los perros vienen de China

Los chinos no son gente conocida por su apego a los perros, al menos hasta hace unos años. Medio mundo no entiende cómo son capaces de comérselos, pero desde esta semana, tienen, entre otras conquistas, el honor de ser los descubridores del perro doméstico. Lo demuestra un estudio sueco que se ha publicado en la revista genética ‘Heredity’. El proyecto, llevado a cabo en el Real Instituto de Tecnología sueco, asegura que los primeros chuchos que fueron domesticados se acercaron al hombre en una región china que está al sur del río Yangsté, el de la enorme presa. De aquella región salieron mucho más tarde razas que hoy son consideradas de moda en los parques de medio mundo como el chow-chow con su lengua azulada, el pequeño carlino, el shiz tsu, el sar pei y el clásico perro pequinés.

El estudio se basa en el cromosoma ‘Y’ de los lobos y de machos estudiados en diversas partes del mundo. Desde su publicación el pasado miércoles, el proyecto ha puesto en solfa anteriores teorías, como las últimas que situaban el origen del lobo domesticado en el territorios de Oriente Medio.

Hay consenso, en cambio, en cómo fue el encuentro feliz entre los Lupus y las personas. Más que lobos domesticados, se podría hablar de humanos ‘alobados’, pues existe una opinión común que habla de que más que traer a al animal a la aldea, el hombre no pudo evitar que pariera en la aldea y criara allí sus cachorros.

Ellos fueron los que se acercaron. Y las cosas fueron bien. Los lobos podrían haber encontrado junto al hombre comida más fácil de conseguir que en los bosques, protección y, porqué no, cierto cariño. El hombre a cambio, se aseguraba la lealtad de un aliado muy efectivo para cazar y un defensor aguerrido del territorio que era de los dos. Los fósiles de perros domésticos se encontraron hace tres años en un yacimiento de Bélgica del 31.000 a.C. Luego se olvidó el lobo: hasta el desarrollo de la genética se pensaba que el perro era un descendiente del chacal.