El primer ministro griego, Lukás Papademos. / Efe
crisis en grecia

Papademos vive a su primera prueba en la calle

La Policía usa gases lacrimógenos contra grupos de jóvenes que se manifestaban contra los ajustes exigidos por la UE y el FMI al nuevo Gobierno

ATENAS Actualizado: Guardar
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Tras obtener su voto de confianza en el Parlamento, el nuevo gobierno griego de Lukás Papademos afronta su primera prueba de fuego en las calles de Atenas. La Policía helena ha empleado gases lacrimógenos contra grupos de jóvenes, mientras miles de personas marchaban en Atenas para conmemorar el levantamiento estudiantil de 1973 contra la dictadura militar que gobernó el país entre 1967 y 1974 y protestar contra las medidas de austeridad.

Estudiantes y profesores, trabajadores y pensionistas, han marchado con tambores y al grito de "UE y FMI fuera" en la primera prueba para el nuevo Gobierno de unidad nacional que encabeza el primer ministro Lucas Papademos, que deberá aplicar las duras medidas económicas contempladas en el rescate financiero al país.

Según el ministerio de Protección del Ciudadano, más de 7.000 agentes han sido desplegados en Atenas para evitar disturbios, pues esa ya tradicional marcha ha sido con frecuencia escenario de enfrentamientos entre grupos radicales y la policía. Los incidentes más graves hasta ahora tuvieron lugar en 1980, cuando dos manifestantes murieron en un enfrentamiento que duró toda la noche y causó varias decenas de heridos por disparos.

Este año, la comunidad universitaria está profundamente descontenta a causa de una nueva ley aprobada en el Parlamento en septiembre pasado con los votos de los tres partidos que integran y apoyan el flamante ejecutivo de Papadimos .

Reforma universitaria

La nueva legislación reduce drásticamente el poder de los rectores, introduce la financiación de las universidades por el sector privado y deroga la prohibición de la presencia policial en los campus, sin invitación previa de las autoridades universitarias.

Además, las medidas de austeridad impuestas en los dos últimos años para salvar al país de la bancarrota y recibir ayuda externa, así como las reformas poco populares anunciadas por el nuevo primer ministro con el mismo fin, provocado un malestar social creciente.