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Herman Cain protagoniza un sonrojante lapsus sobre Libia

El aspirante a la nominación republicana acentúa las dudas acerca de su preparación en un incidente similar al de su rival Perry

MADRID Actualizado: Guardar
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Herman Cain, el aspirante afroamericano a la candidatura del Partido Republicano para la Casa Blanca, ha protagonizado un lapsus durante una entrevista que ha dejado al descubierto una sonrojante falta de conocimientos sobre la política exterior de EE UU o bien una no menos preocupante incapacidad para concentrarse, motivada quizás por los escándalos de índole sexual que han salido a la luz en los últimos días y que han hecho tambalearse su candidatura.

Cain estaba reunido con el consejo editorial del 'Milwaukee Journal-Sentinel' cuando uno de sus periodistas le pidio que diera su opinión sobre la postura adoptada por el presidente de EE UU, Barack Obama, con respecto al levantamiento de los rebeldes libios que acabaría desembocando en el derrocamiento de Muamar Gadafi, el dictador que había gobernado con mano de hierro durante décadas a su pueblo y que acabó pereciendo a manos de los insurrectos.

Tal y como se refleja en el vídeo que plasma dicho encuentro, Cain se queda parado durante más de diez segundos, meditando aparentemente la respuesta. "Ok, Libia", se limita a decir, ganando unos valiosos segundos. Pero ni aún así consigue dar su respuesta. "El presidente Obama respaldó el levantamiento, ¿correcto?", señala a continuación. "El presidente Obama pidió la salida de Gadafi, ¿verdad?", continúa. "Lo digo para asegurarme de que estamos hablando de lo mismo antes de decir si estoy de acuerdo con él o no", agrega.

A partir de ese momento, parece que va a arrancar por fin con su respuesta. Pero no. "No estoy de acuerdo con su gestión por la siguiente razón...", acierta a decir. Pero vuelve a quedarse parado, demostrando que su cabeza está en otra parte. "No... Esa es otra razón... Tengo que volver atrás y ver...". El nerviosismo del candidato es ya evidente. Cruza las piernas, mira al techo, gira la silla. Pero sigue sin encontrar el hilo de su argumento. "Tengo tantas cosas dando vuelta en mi cabeza", se justifica por fin.

La defensa de sus asesores

Sus asesores se han apresurado en resaltar que el comportamiento de Cain se debe al cansancio propio de la campaña. Pero no es probable que convenzan a muchos, sobre todo porque los analistas ya habían alertado de los escasos conocimientos de Cain sobre política exterior.

Lo mismo puede decirse de Rick Perry, otro de los aspirantes que parecía ir como un tiro en su carrera hacia la nominación republicana hasta que en un debate celebrado la semana pasada afirmó que su prioridad, si llegaba a la Casa Blanca, sería la eliminación de tres departamentos del Gobierno Federal. El problema es que solo acertó a citar dos, pese a los notorios esfuerzos que realizó por recordar el tercero. Un lapsus cuyo efecto ya se ha hecho sentir en las encuestas. Perry, gobernador de Texas, cuenta con un 28% de opinión favorable y un 47% de opinión negativa, muy lejos de Mitt Romney, que aparece como favorito en el sondeo realizado por la cadena CNN, y de Newt Gingrich, que ha logrado ascender al segundo puesto gracias más a los deméritos de sus rivales que a los aciertos de su propia campaña. McCain, al que varias mujeres acusan de acoso sexual en los noventa, se ha desplomado hasta el cuarto puesto. Y eso mucho antes del lapsus cometido ante el consejo editorial del 'Milwaukee Journal-Sentinel'.