Netanyahu, primer ministro israelí / Archivo
CONFLICTOS INTERNACIONALES

Israel-Irán, vísperas de guerra o táctica diplomática

Netanyahu amenaza con una acción militar mientras presiona para que la ONU adopte nuevas sanciones contra Teherán

MADRID Actualizado: Guardar
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El diario israelí ‘Yediot Ahronot’, el más leído del país, publicaba el pasado 28 de octubre, en portada y con gran despliegue, el titular: “Presión atómica". El periodista Nahum Barnea firmaba una información en la que revelaba que Netanyahu y su ministro de Defensa, Ehud Barak, estaban haciendo todo lo posible para convencer al resto del Gobierno y a la cúpula militar de que la destrucción de las instalaciones nucleares iraníes es para Israel "una cuestión de supervivencia".

Pocos días después, ‘Haaretz’ aseguraba que tanto el jefe del Ejército, general Benny Gantz, como los jefes de los tres servicios de inteligencia figuraban entre quienes rechazaba un bombardeo unilateral y reclamaban la participación de Washington y Londres. Según este diario, ocho ministros del Gabinete israelí habrían expresado su oposición a cualquier ataque por las consecuencias que podría tener para la población, pero Netanyahu contaría con el importante apoyo de los titulares de Defensa, Ehud Barak, y de Exteriores, Avigdor Lieberman. A la prensa israelí se sumó pronto la internacional y el británico ‘The Guardian’ al asegurar que el Reino Unido podría estar preparándose para apoyar a Estados Unidos en un bombardeo de las instalaciones nucleares iraníes. En su información, el periodista Nick Hopkins aseguraba que "en previsión de un posible ataque, los expertos militares británicos están examinando la mejor forma de desplegar los buques de la Armada y los submarinos equipados con misiles Tomahawk durante los próximos meses como parte de lo que sería una campaña por mar y aire". Para dar más verosimilitud a estos vientos de guerra se recordaba las recientes maniobras militares israelíes en Cerdeña (Italia) en las que se simuló un bombardeo de largo alcance, muy parecido al que se llevaría a cabo para atacar las instalaciones nucleares iraníes, y las pruebas de un nuevo misil balístico con un alcance de 6.000 kilómetros y capacidad atómica.

Informe de la ONA

El ruido prebélico se producía poco antes de la publicación del último informe de la ONU sobre el programa nuclear iraní en el que asegura que Irán está a punto de desarrollar una bomba atómica. Sin embargo, solo los ya convencidos consideran que en el informe se aporten nuevos datos. Estados Unidos Reino Unido, Francia y Alemania creen que hay una necesidad urgente de reforzar las sanciones a Irán, como alternativa a la opción militar que plantea Israel. Sin embargo, Rusia y China, que respaldaron las cuatro resoluciones sancionadoras anteriores, no ven elementos novedosos, se oponen a nuevas medidas e insisten en el diálogo como vía de solución.

Irán, por su parte, ya trasluce su temor ante las filtraciones israelíes y no ha dejado de lanzar bravatas y amenazas. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha insistido en que su país no busca armas nucleares y que los datos de la ONU y la OIEA están politizados para dar cobertura a un ataque israelí.

Dudas sobre el bombardeo

¿Qué puede estar sucediendo en realidad? ¿Hay realmente intención de una intervención militar contras las centrales nucleares iraníes? La prensa israelí duda de si Netanyahu y Barak han planificado una minuciosa guerra psicológica para desatar una ofensiva diplomática, que lleve a unas sanciones más duras contra Teherán, o si, por el contrario, ya se ha tomado la decisión de atacar y es cuestión de tiempo. Nadie se atreve a pronunciarse en un sentido o en otro, pero medios militares israelíes citados por la prensa no creen que un ataque aéreo logre neutralizar los centros de investigación nuclear iraníes y no descartan importantes daños propios con reacciones inflamables en Líbano y en Gaza. A ello hay que añadir los desastrosos efectos que tendría una intervención bélica en la precaria situación económica mundial con una escalada imprevisible en los precios del petróleo.

La única certeza es que en las próximas semanas se va a desarrollar un fenomenal pulso diplomático y propagandístico en torno a las posibles sanciones contra Irán. El tiempo dirá si Netanyahu cumple sus amenazas o es tan mentiroso como dice Sarkozy.