fútbol | primera división

Manzano salva un 'match ball'

El Atlético noqueó a un flojo Zaragoza porque combinó toque, músculo y ambición

MADRID Actualizado: Guardar
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Goyo Manzano no sintoniza con la impaciente grada del Calderón pero seguirá al menos una semana más como técnico del Atlético porque sus jugadores le respaldaron, entendieron su mensaje y apabullaron a un flojo Zaragoza con una actitud ganadora, no contemplativa. Y porque Adrián agradeció su titularidad como acompañante de Falcao con dos goles fundamentales: el primero abrió la senda del triunfo y el segundo cerró el partido cuando el Zaragoza intentaba acortar distancias y provocar un ataque de nervios en los locales. Después de un mes de sinsabores y de cinco jornadas sin ganar, el Atlético logró su tercera victoria en el torneo de la regularidad. Curiosamente, en diez partidos solo Falcao, Adrián y Domínguez han visto puerta en este equipo de doble cara.

En el día del juicio, del plebiscito Manzano ejerció de entrenador y mandó a la grada a Reyes, castigado por su pésimo desempeño en este arranque de curso y por acordarse de la madre del técnico cuando fue sustituido el pasado jueves en San Mamés.

También dejó sin convocar a última hora a Miranda, el despistado central brasileño que pifió en 'La Catedral', y a Assunçao, un medio defensivo de los que no se necesitan para vencer en casa a un rival como el Zaragoza. Acertó esta vez.

Funcionaron las terapias antidepresivas del viernes, primero solo entre los jugadores y luego entre los profesionales y el cuerpo técnico. El Atlético salió a jugar con otra actitud. Más allá de rotaciones y de onces titulares, si este equipo presiona, mete el pie y corre con y sin balón, tiene futbolistas para poder luchar por estar en la zona noble. Al menos para este partido, aprendió que con una actitud contemplativa, a base de toquecitos de balón sin mordiente alguna, hoy te puede ganar cualquiera. Pero si Diego y Arda Turán batallan, son dos jugadores muy notables.

El Atlético recordó al que goleó al Racing y al Sporting, los dos únicos equipos a los que había derrotado antes, que se dice pronto. También el Zaragoza se asemejó a esos dos conjuntos que actuaron caricaturizados en el Calderón. Evidenció por qué había cosechado dos derrotas consecutivas y es uno de los equipos más goleados de la Liga. El bloque mexicanizado de Aguirre defiende mal en bloque, es lento, tiene problemas en la transición y es vulnerable.

Vulnerable con cinco defensas

El 'Vasco' pensó que con una defensa de cinco complicaría la vida a su exequipo. Su consigna consistía en aguantar el empuje inicial del rival y buscar el triunfo cuando el Atlético sufriera un ataque de nervios, pitado por su afición. Pero sabido es que no por poblar la zaga de más hombres se defiende mejor. Igual que tampoco se ataque más por disponer de más delanteros, aunque quedó claro que Falcao debe tener siempre a Adrián cerca.

El exdelantero del Deportivo derribó el muro maño antes de los 20 minutos, lo que tranquilizó a una parroquia 'colchonera' que ya empezaba a murmurar. Libre de marca, cabeceó de maravilla un gran centro del turco Arda Turán. Y al filo de la media hora, funcionó la estrategia del 'Profe' Manzano. Gabi lanzó una falta pasada, Godín cabeceó en el segundo palo y Domínguez, sorprendente suplente en los últimos encuentros, remachó junto al otro poste. Los ansiados goles eran el mejor antídoto para la crisis.

Aguirre cambió de planes en el descanso. Hizo dos cambios de una tacada y puso fin a su fallido experimento de cinco atrás. Entraron el portugués Micael, cedido por el Atlético en uno de esos negocios del 'súper agente' Jorge Mendes, y Lafita, un extremo que en su día fue pretendido por los rojiblancos. Un poco por conformismo y otro por cansancio, los locales dieron un paso atrás, siempre peligroso, mientras en la grada coreaban los nombres de Luis Aragonés y 'Cholo' Simeone. Una señal inequívoca del perfil de técnico que la hinchada desea en caso de relevo.

Luis García, al que se le da de maravilla el Calderón desde tiempos del Espanyol, amenazó un par de veces antes de que Aguirre quemara sus naves con Juan Carlos, un canterano del Madrid que debería tener más minutos. Manzano le respondió con la vigilancia de Perea, un futbolista que divide a la grada. Adrián selló el triunfo tras una gran jugada de Filipe Luis, de esas que prodigaba en el Deportivo antes de su grave lesión, y Postiga marcó el del honor tras un despiste defensivo en un córner. Quedaba tiempo para que entre Arda y Adrián firmasen la jugada del partido a base de taconazos. Un lujo al que le faltó el gol. Pero Falcao está tan ansioso que se desahogó con una patada al poste.