rugby

Los 'All Blacks' reinan de nuevo 24 años después

Nueva Zelanda sufre lo indecible en la segunda parte ante una Francia que mostró su mejor cara

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La maldición 'kiwi' ya es historia. Bueno, media maldición. Los neozalendeses volvieron a ganar el Mundial de rugby 24 años después, pero repitieron victoria en suelo patrio, como en 1987.

Siguen, de momento, sin aprobar la asignatura de un título mundial lejos de Nueva Zelanda. Y la verdad es que cerca estuvieron de quedarse con la miel en los labios. La Francia bipolar de Marc Lièvremont decidió esta vez mostrar lo mejor de su repertorio.

Cuajó una gran segunda parte y tuvo el dominio del juego tras el descanso. Pudo ganar la final, pero le faltó 'punch' para doblegar a la gran defensa de los 'All Blacks'.

De salida, Francia tenía claro que quería mantener la posesión del oval. Quería jugar y evitar en lo posible las tarascadas de una delantera rival con más kilos y mayor capacidad defensiva. Nueva Zelanda, por su parte, mantenía el tipo sin mayores contratiempos.

Emoción a raudales hasta que Francia cometió un grave fallo defensivo que permitió al pilier 'all black' Woodcock plantarse en solitario en la zona de marca. 0-5 al cuarto de hora del choque, ya que Weeepu no convirtió el adicional. El medio melé 'kiwi' fue un lastre para su equipo. Negado con el pie, tampoco supo leer bien el juego de ataque de los suyos. Lo único que hizo a la perfección fue dirigir la haka inicial de su equipo. Su equipo pudo pagar con la derrota los ochos puntos que no consiguió con el pie antes del descanso.

Francia quedó tocada tras el ensayo y Nueva Zelanda se convirtió en la dominadora del choque. Buen trabajo de la delantera 'kiwi', que aprovechaba la tres cuarto de los 'All Blacks'. Los galos aguantaron y Nueva zelanda fue incapaz de dar la puntilla al XV del Gallo. En esas, ambos equipos se vieron obligados a cambiar a sus respectivos aperturas. Primero fue el galo Parra, que dejó el campo entre lágrimas y con un ojo completamente hinchado. En el tramo final de la primera mitad sería el local Cruden, cuya rodilla quedó seriamente lesionada. Entraron Trinh-Duc y Donald, que serían protagonistas destacados del encuentro.

Demasiados nervios

En la reanudación, Francia salió mucho mejor. Volvió a tener la posesión del oval y mostró su mejor cara. Sin embargo, Nueva Zelanda amplió su renta gracias a un golpe de castigo. El errático Weepu dejó paso a Donald y este puso el 0-8 en el marcador. El título parecía estar más cerca. Pero Francia reaccionó rápidamente y un par de minutos después aprovechaba un error defensivo 'kiwi' para acortar distancias. El delantero galo Thierry Dusautoir se plantó pleno de potencia en la zona de marca. Trinh-Duc anotó la transformación adicional y Francia quedaba a un punto (7-8).

Nueva Zelanda tenía dos rivales en esos momentos: Francia y su historia. Desde el primer Mundial, el de 1987, no había vuelto a conseguir la Copa del Mundo. Mucha tensión y demasiados nervios entre los pupilos de Graham Henry. Trinh-Duc tuvo la posibilidad de adelantar a los suyos con un golpe de castigo, pero erró en su lanzamiento. Nueva Zelanda se defendía como gato panza arriba.

Los minutos finales fueron de manual, de cómo dormir un partido hasta el pitido final. Nueva Zelanda aguantó el tipo y el balón hasta que el árbitro sudafricano señaló el final del encuentro.

Habían pasado 24 años y muchas hakas, pero los 'All Blacks' volvían a convertirse en los reyes del rugby mundial. Sufrieron mucho ante una gran Francia y sumaron el segundo título de la Copa del Mundo.